domingo, 14 de diciembre de 2014

Reseña: Cracker - Berkeley To Bakersfield


Es uno de los trabajos más logrados de su trayectoria, sin ser especialmente revolucionario.


A mediados y finales de los noventa comenzó a llamar la atención en Estados Unidos un movimiento que fusionaba elementos del country, el folk y el rock netamente americano de gente como Tom Petty o Bruce Springsteen con el rock alternativo. Entre nombres como Uncle Tupelo, Camper Van Beethoven, Wilco y Son Volt se pudo abrir paso una de las bandas más interesantes de los noventa: Cracker.

Sostenidos en el dúo dinámico del vocalista David Lowery y el guitarrista Johnny Hickman, lograron pegar unos cuantos éxitos en las emisoras, entre los que se incluyen "Low", "Teen Angst (What The World Needs Now)" y "Euro-Trash Girl". Muestran con orgullo que bien sea que se llame punk, grunge, folk, hard rock, country, blues o como sea; saben explotarlo y darle un sentido propio entre los buenos riffs de Hickman y las ingeniosas letras de Lowery.

Llegaron algo tarde este año, pero lo suficiente para ser candidatos a todo con Berkeley To Bakersfield, su décimo trabajo discográfico. Destaca porque en algunas canciones incluyeron al bajista Davey Farragher y al baterista Michael Urbano, quienes hicieron parte de la alineación clásica de los noventa. En las restantes aparecen los miembros actuales, Frank Munaro en la batería y Sal Maida en el bajo.

Berkeley To Bakersfield de hecho es un álbum doble, donde el primer disco (bautizado como Berkeley) se concentra en una faceta mas rockera, mostrando su lado mas crudo y guitarrero en temas como "March Of The Billionaires", "Reaction" o el sencillo "Waited My Whole Life".  Dan rienda suelta a su vena college rock, cruzandola con elementos del rock de los setenta y la propia experiencia que Cracker acumula luego de tantos años. 

En el segundo disco, bautizado Bakersfield, muestran su 'lado Nashville' de forma especialmente estupenda en "Almond Grove" y "King Of Bakersfield", rayando directamente en el country en "San Bernardino Boy". La misma banda cataloga esa segunda parte como 'country californiano', lo que da una buena idea de lo interesante que resulta el experimento.

Es uno de los trabajos más logrados de su trayectoria, sin ser especialmente revolucionario en el catalogo de Cracker. Las melodías, las voces y las letras están muy bien cuidadas y calculadas, siempre abordando historias de sus vidas cotidianas sin una intención diferente a pasarlo bien en el proceso. Prueba de ello, incluir a los miembros de la formación clásica.

Mi recomendada es "El Comandante", del primer disco. El trabajo de las guitarras con las armonias vocales es admirable. Muy por el estilo de Ryan Adams o Noel Gallagher.


Aquí va "Waited My Whole Life". 



Calificación: 4/5

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