viernes, 8 de septiembre de 2017

Reseña: Steven Wilson - To The Bone


Sin arriesgar tanto pero variando el registro notablemente, el británico demuestra una vez más su versatilidad.

A estas alturas, ¿hay una forma remotamente acertada de definir a Steven Wilson?

En serio, entre más se repasa la trayectoria del tipo en Porcupine Tree, No-Man, Blackfield, sus colaboraciones con otros artistas y su carrera en solitario, más cuesta hacerlo. La razón es que fue capaz de ir más allá de la etiqueta de "progresivo" con la cual se asocia la mayoría de su repertorio. Sus canciones no suelen ser las que mayor recordación me generan, pero siempre hay un sello de calidad indiscutido en ellas. Hay una garantía de que voy a disfrutarlo y quedaré maravillado por sus maneras, incluso sin considerarme un fan suyo.

La clave del tipo es que al tener influencias tan variadas en su sonido (del metal al progresivo pasando por el post punk) ha resultado ser muy esotérico. Se pone en un punto medio de todo eso y lo traduce en una trayectoria que en 30 años aprendió a ser virtuosa sin caer en vicios autocomplacientes de conservatorio, pero al mismo tiempo no peca de ser simplona.

Aunque con Porcupine Tree alcanzó puntos álgidos notables, el verdadero punto de quiebre para Wilson es hasta ahora su álbum 'Hand. Cannot. Erase.'. Un álbum dramático, perfectamente producido y ejecutado, fue de un nivel que se antojaba muy difícil de superar. Supongo que el británico lo notó y por eso decidió relajar un poco su proceso de composición, aunque siempre buscando un desafío creativo.

En 'To The Bone' (o "el álbum que apareció después de Hand. Cannot. Erase.") la literatura y el cine no son un punto de partida para Wilson al momento de componer como suele serlo la mayoría de las veces. No uno tan directo, al menos. Esta vez la realidad supera a la ficción en las letras, que aluden a la crisis de refugiados en Europa, el fundamentalismo religioso y la vida en tiempos de Internet. Muy recurrente para él tocar emociones como el aislamiento y la muerte en esta ocasión, pero tampoco es como que sea la primera vez.

Parece que en muchos sentidos su objetivo es retomar algo de lo que hizo con Porcupine Tree en 'Stupid Dream', pero desde una perspectiva actualizada, más suelta y sin ningún tipo de complejo o presión a la hora de probar un ritmo más descomplicado como puede pasar en "The Same Assylum As Before", "Song Of Unborn" o "To The Bone", la canción que da nombre al disco y coescrita con Andy Patridge de XTC. Eso si, sus impulsos progresivos siguen presentes.

En la parte instrumental está claro que su mirada se dirige a los años ochenta, pero no para buscar el pop rompedor llena estadios de la época, sino más bien esos discos que si bien tenían claras intenciones de insertarse en el pop, resultaban muchas veces demasiado exquisitos para el Top 40 (él mismo señala a Peter Gabriel, Tears For Fears y Talk Talk como influencias básicas). "Nowhere Now" por ejemplo tiene mucho de esos Genesis que todavía estaban en la transición entre el progresivo y el pop rock. "People Who Eat Darkness" y "Detonation" estrechan a su manera lazos con el estilo mostrado en Porcupine Tree (sobre todo cuando buscaban ponerse más frenéticos), mientras "Song Of I" va por el lado de No-Man con el violín como protagonista.


Particularmente sorprendente resulta "Pariah", que con la cantante israelí Ninet Tayeb en las voces ofrece un resultado que bien puede sonar a Radio Disney en el estribillo, pero por algunos detalles en los arreglos y el aumento en la intensidad en la parte final uno sabe que se trata de algo muy distinto. Tayeb participa también en "Blank Tapes", el radical opuesto con su forma acústica y esos arpegios llenos de virtuosismo. En cualquier caso lo más pop que escucharemos en el álbum es "Permanating", una joya absoluta por donde se le mire más allá de si es del estilo de Wilson o no.


"Refuge" suena mucho a "Red Rain" de Peter Gabriel en absolutamente todo (sin llegar al punto del plagio, aclaro). Sin necesidad de usar muros de sonido tan contundentes desde un sintetizador, Wilson logra igualar esa sensación de drama partiendo del piano a cargo de Adam Holzman. Es sin ninguna duda la mejor canción del álbum.


Incluso para los estándares de culto en los que se mueve la música de Wilson normalmente, 'To The Bone' ha pasado un poco desapercibido. Existe cierta reserva antes de emitir un juicio con respecto al material, cosa que no tiene tanto sentido si, insisto, se toma en cuenta que con Porcupine Tree ya hizo una jugada similar en el pasado. Sin arriesgar tanto pero variando el registro notablemente, el británico demuestra una vez más su versatilidad, por un lado, y amplia el rango de las posibilidades sobre lo que puede y no poner en un disco, por el otro.

Mi recomendada es "Detonation". De un principio marca Radiohead avanza hasta convertirse en una catarsis de muerte y destrucción.

Aquí va "Song Of I".


Calificación: 3.5/5

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