domingo, 2 de febrero de 2014

Reseña: The Crystal Method - The Crystal Method


Volvieron a sus orígenes, prescindieron de colaboradores con un perfil tan alto, y eso les permitió re enfocarse creativamente en lo que mejor saben hacer: crear suspenso y hacerlo estallar en el mejor momento posible.


Podría hablar mucho acerca de como el ser norteamericanos les cerró el paso a una mayor popularidad en la escena big beat que bien dominaron The Chemical Brothers, The Prodigy, Underworld y otros. Podría hablar de como su aparición en videojuegos en los años del Y2K fue determinante para hacerse con una reputación bastante interesante en un país como el del Norte, tan reacio hasta hace unos pocos años a escuchar música electrónica de manera continuada. Pero, eso seria como hablar de cosas que viví en carne propia, y no es el caso. 

No en lo estrictamente musical, al menos. Porque, sin saberlo, crecí a la par que el dúo conformado por Ken Jordan y Scott Kirkland escribía algunas de las paginas mas gloriosas de la música electrónica en esos años. Esos ritmos potentes de las baterías, las lineas de bajo que parecían encender la adrenalina, y los momentos atmosféricos que calentaban los dedos, previo a los partidos de un juego tan importante para una generación de gamers como fue FIFA 98; constituyeron parcialmente una admiración de mi parte hacia los responsables de armar una banda sonora y una serie de canciones tan magnificas como esas.

"Now Is The Time" les dio popularidad hacia 1997, gracias al interés de Justin King, un DJ escocés interesado en mostrar los actos de electrónica que podía ofrecer Estados Unidos. Estando en perfecta sintonia con el big beat británico, mas de uno (incluyéndome) llegó a pensar que eran de las islas. Irían apareciendo mas canciones: la clásica "Keep Hope Alive", "Come2gether" (para la banda sonora de Mortal Kombat), "Trip Like I Do", "Busy Child", "High Roller", o "Comin' Back". Fueron incluidas en Vegas, su debut, su trabajo mas exitoso, y uno de los discos mas importantes de música electrónica exportados por Estados Unidos para el mundo.

Aunque hicieron lanzamientos individuales de forma mas o menos constante desde entonces, sus álbumes generalmente toman mas tiempo. Generalmente son lapsos de 3 o 4 años (para este disco fueron 5 años de diferencia). Por fortuna nunca olvidaron su formula para crear hits. "More", "Name Of The Game", "Born Too Slow", "Sine Language"; así como se rodearon de colaboradores de lujo como Tom Morello, Scott Weiland, John Garcia de Kyuss, Peter Hook, Matisyahu o LMFAO, y su participación en bandas sonoras (tanto en películas como en videojuegos) de manera continua en su carrera.

Desafortunadamente (y de forma algo injusta), perdieron de forma bastante rápida el apoyo que consiguieron en los noventa, e incluso su trabajo de 2009 Divided By Night, fue literalmente despedazado por la critica. Supongo que eso le dio al dúo el reto de reinventarse en un momento donde la electrónica es un infaltable en cualquier artista pop, y donde viejas glorias como Infected Mushroom, o DJ Tiesto se han visto obligados a cambiar de estilo por las presiones del mercado. ¿Pasaría lo mismo con The Crystal Method? Ya lo veremos.

"Emulator" parte siendo mas dinámica y convencional que sus clásicos de finales de los noventa, pero con la solidez necesaria para captar la atención de quien no los conoce. Algunos ruidos lo emparentan con el estilo de Steve Aoki, pero los beats siempre acaban recordando a quien escuchamos realmente. Seguimos con "Over It", la canción dubstep del disco. Tiene algo de tribal por momentos. A pesar de eso, el aporte de Dia Frampton en la voz es refrescante, especialmente cuando se cruza con los violines, que le dan un sentido diferente al tema. Los sube y baja de ritmos al cierre los ponen a otro nivel en ese sentido. Y el vídeo, ni se diga.


En "Sling The Decks" se destaca el bajo por encima de todo. Bien del tipo de New Order. Por lo demás, sigue la idea de la electrónica mas comercial en los cambios de ritmo y los sonidos de secuenciador. Aunque los beats no son tan atrevidos e impredecibles como en sus años dorados, ciertamente todavía buscan marcar diferencia con los actuales.

"Storm The Castle" ya recuerda mucho mas esa época en la que convivían tranquilamente en las listas y en las raves con Fatboy Slim o The Chemical Brothers. El bajo y los secuenciadores buscan marcar suspenso desde el inicio para estallar en la mejor forma de Aoki o Knife Party. La participación de Le Castle Vania aporta un sentido retro a la vez que indie (fruto de sus remezclas a gente como Klaxons o Daft Punk) ayudando a la sensación de regreso que ha tenido el álbum desde su promoción.

"110 To 101" tiene un intro con tanto de urbano como de jamaiquino. El ritmo recuerda mucho a los primeros Chemical Brothers. Entre los beats, algunos sampleos vocales al mejor estilo de Daft Punk, y ese intro tan insistente, parece como si se hubiese puesto la pista en reversa. Encontramos a continuación el tema espacial del grupo por excelencia: "Jupiter Shift". No es tan recargada como las canciones previas, pero mantiene un dinamismo lo suficientemente efectivo para hacerla pegadiza y fiel a la esencia del grupo.

Si "Dosimeter" se debe definir con una palabra, escojo impredecible. Empieza en una forma bastante extraña, como si los secuenciadores hubieran decidido enloquecer por voluntad propia. Con el paso de los minutos va sacándose momentos mas coherentes pero igualmente impredecibles, especialmente en la batería, siendo ese un punto a favor de The Crystal Method. Es como un popurri de Knife Party. Cuenta con la participación de Nick Thayer.

Para "Grace" con LeAnn Rimes en voces, los encontramos mas en su elemento que al inicio, y ahora probando con momentos mas relajados al mejor estilo de Moby o Schiller. Es como el punto de quiebre antes del remate.

Remate que empieza con "Difference". Una sobrecarga de esteroides magnifica, como un cruce entre los Depeche Mode de los ochenta y The Prodigy. Me recordó mucho a "Danger zone" de Kenny Loggins en Top Gun. Le pegaría perfecto a las escenas de aviones en esa película. Determinante la participación de Franky Perez, ex-Scars on Broadway, que le pone ese sentimiento de "desafío en el aire" a la canción.

"Metro" sirve como preámbulo a la tormenta final de "After Hours", donde parecen volver a la idea de "Grace", pero con mucha de la autoridad presente en "Difference". Tiene algo del espíritu de Kavinsky, así como del de Disclosure en la forma de abordar la canción. Logra generar la sensación de querer mas de este álbum, cerrándolo de una forma soberbia. La participación de Afrobeta redondea perfectamente la idea.

Por lo que pude leer respecto a las reacciones a este nuevo trabajo del dúo, aunque hay todavía reservas de algunos, en lineas generales se le dio el aprobado a este regreso. Yo iré un poco mas allá, porque definitivamente fueron capaces de usar esa "licuadora de ruido" del dubstep y aplicar los golpes típicos del breakbeat para configurar un sonido bastante explosivo. Volvieron a sus orígenes, prescindieron de colaboradores con un perfil tan alto, y eso les permitió re enfocarse creativamente en lo que mejor saben hacer: crear suspenso y hacerlo estallar en el mejor momento posible.

No es tan pegadizo como para arrasar las listas (con excepción de "Emulator", "110 To 101" y "Storm The Castle"), pero tiene la solidez necesaria para incluirse sin miedo en el catalogo de The Crystal Method. De hecho, mi recomendada es "110 To 101". Deberían volver a hacerse intros así de aplastantes en la música electrónica, sin duda le devolvería mucha de la validez y el desafío que han perdido en los últimos años, donde ya no pasan de ser un modelo estandarizado de "joven que se divierte".

Aquí va "Difference".



Calificación: 4/5

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