martes, 9 de diciembre de 2014

Reseña: Midge Ure - Fragile


Cada instrumento parece que armara una estatua a un dios griego.

Como responsable del éxito de Ultravox en los ochenta y como guitarrista durante un tiempo de Thin Lizzy, Midge Ure es un caso bien curioso en lo que al reconocimiento se refiere. Es difícil creer que el compositor de la memorable “Vienna”, un auténtico himno del synthpop y el mayor éxito de Ultravox, fuera una de las “guitarras gemelas” de Phil Lynott, así fuera por solo unos meses. Pero si uno lo piensa bien, esa sensibilidad tan particular de Lynott para escribir sobre temáticas que iban más allá del típico hard rock de los setenta bien pudo ser una referencia inevitable para él cuando se unió a Ultravox.

Para el momento en que la banda se disolvió en 1987, Ure emprendió una carrera solista sin demasiada disciplina o rigor, siempre mostrando que el estar tanto en Ultravox como en Thin Lizzy le enseñó muchas cosas. Una de las más importantes, sin duda, que la sencillez del synthpop, la energía del hard rock y la capacidad de ambos de ser memorables se podían llevar bastante bien.

Fragile, su mas reciente trabajo en solitario, evidencia bien esa idea cuando esos dos pasados chocan de frente desde el principio en “I Survived” y “Are We Connected”. Una opta solo por los teclados, mientras que la otra le permite a la batería darse su espacio, junto a los momentos apropiados de guitarra. Casi como armando un número espacial sin proponérselo. “Let It Rise” apuesta por probar las posibilidades del minimalismo aplicadas al servicio de la ambición. Los punteos de guitarra contribuyen notablemente a la idea, que progresivamente se hace más intensa.

“Become” es la bailable del disco. Pero lo que la hace ser todavía mejor es que no pierde ni por un minuto ese carácter medio sinfónico que imprime Ure a la producción y a su propia voz. Le sigue la cadenciosa “Star Crossed”, más orientada a lo sinfónico y espacial. Cada instrumento parece que armara una estatua a un dios griego o algo por el estilo mientras se ejecuta.

Turno de la canción más larga de todo el disco: “Wire And Wood”. Un instrumental de siete minutos donde las guitarras acústicas se roban el show de manera bastante conmovedora al inicio. Con el paso de los minutos son los teclados los que van acaparando la situación, muy al estilo de la new age o del rock sinfónico. No sabría si decir que es de los momentos más edificantes que nos ha regalado el año, pero dentro de los veteranos que lanzaron álbumes este año, es muy probable que sí.

Pasamos a las interferencias de sonido en “Dark, Dark Night”, que parecen ponerla más por el tono de Kraftwerk, o incluso de gente como Moby. La suavidad de Midge al cantar parece hacer de esa canción como confeccionada con terciopelo. Mucha influencia del trip hop, a la que se le suma una guitarra en plan legendario. “For All You Know” es más celestial, pero básicamente conserva la idea de la anterior, sosteniéndose principalmente en el piano.

Otro instrumental llamado “Bridges”, todavía más cinematográfico que “Wire And Wood” abre paso al último tema del álbum, “Fragile”. Con mucha más presencia de las guitarras cierra por todo lo alto un álbum que por encima de todo es un triunfo de la voluntad más que de cualquier otra cosa. No por nada es su primer album en 18 a

Fragile es un álbum largo. Ninguno de los temas baja de los cuatro minutos, como si Ure buscara probar que una canción corta no es sinónimo de una buena canción. El británico saca a relucir su habilidad para armar momentos donde el muro de sonido no es un mero complemento a la melodía de una canción, sino que es la canción en sí. Y lo que es más importante, deja muy en claro que solo compone para él. Sabe que puede ir más allá de amores y odios después de todo lo que hizo con Ultravox.

Es un ejercicio de fidelidad a sí mismo.

Mi recomendada es “Let It Rise”. Muy probablemente sea el mayor logro de Midge en solitario al lado de "If I Was".

Aquí va “Become”.


Calificación: 4/5

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