Plantea un escape a la inmensidad del mar. O a la inmensidad de cualquier cosa.
Hace unos días caí en la cuenta que a pesar de que me propuse lo contrario, este año no escuché o reseñe tantas cosas sobre el rock hispanoamericano como hubiese querido. En parte por tiempo, en parte porque la oferta anglosajona es siempre inmensa, y en parte porque todavía es algo complicado para mi abordar correctamente lo que concierne a ese ente tan diverso, caprichoso e impredecible dentro del rock.
En parte por una necesidad de enmendarme, y también gracias al oportuno aviso de una amiga que me comentó que Fito & Fitipaldis tenían un nuevo álbum desde octubre, decidí que me podía enmendar un poco en estos últimos días del 2014. De hecho hay al menos otras tres reseñas de rock en español que planeo publicar en los próximos días.
Pero centrémonos en la banda de Fito Cabrales. Este nuevo trabajo, Huyendo Conmigo De Mí, aparece luego de cinco años de silencio discográfico. Grabado entre julio y septiembre de este año, evidencia en todas sus diez canciones una inmediatez y una urgencia por sonar un poco mas desgarrado de lo que acostumbra. De hecho, parece que en medio del frenesí urbano con el que convivimos a diario, plantea un escape a la inmensidad del mar. O a la inmensidad de cualquier cosa. Concepto bien mediterráneo.
El mérito que tiene esa banda luego de tantos años es elemental: cuando se meten al estudio a grabar un álbum, siempre tienen algo que decir. Por eso no me sorprendí cuando la chica que me comentó sobre este nuevo álbum me dijo que "Entre La Espada Y La Pared" era una autentica obra maestra. Y lo es. Manejar en una letra los dualismos que se presentan en nuestras vidas con semejante riqueza no es muy frecuente por estos días. Ni siquiera en los mejores años del rock en español.
"Lo Que Sobra De Mi" es una instantánea inocente de como es vivir a los 30 soltero, libre de responsabilidades y sin intenciones de madurar. "Pajaros Disecados" y "Nada De Nada" ponen toda la impronta del rock urbano que representan en su máximo esplendor. Incluso en "El Vencido" y "Lo Que Siempre Quise Hacer", mas bluseras, da una buena muestra del espíritu cabaretero que Cabrales no se cansa de explotar. Y claro, nunca falta la balada redentora, en este caso con "Nos Ocupamos Del Mar" y "Después Del Naufragio", que se encarga de cerrar el álbum.
Pero cuando quiere incitar a comerse, lo hace con la misma finura de siempre en "Garabatos". Fácilmente pasa por guiño a Hombres G o a Radio Futura. También deja espacio para que los músicos que lo acompañan se luzcan en "Umore Ona".
En resumen, no deja de ser rock pop radiable y radicalmente opuesto a la irreverencia de Platero Y Tu. Nunca dejará de serlo, para el pesar de los nostálgicos noventeros. Pero nunca van a sobrar sus canciones cuando se quiera hablar de cómo es vivir en una ciudad hispanoamericana, cualquiera que sea. Después de todo, vivimos todos los días entre la espada y la pared. Ellos lo saben, y saben reflejar eso mejor que nadie en cada disco. Lo Que Sobra De Mi no es la excepción.
"Después Del Naufragio" es mi recomendada. Una frase lo resume todo: "No hay dolor mas insoportable que el que admites". Para uno que suele tener el ego grande de vez en cuando, no le viene de mas recordarlo.
Aquí va "El Vencido".
Calificación: 4/5
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