El acople de Gojira siempre ha sido impactante, pero en este álbum es donde lo llevan al límite por primera vez.
La verdad es que de un tiempo para acá le volví a coger gusto al metal luego de años más metido en el indie y ese tipo de cosas. En los últimos años lo alejé de mis prioridades porque sentía que en comparación con gente como Kasabian, Foster The People y otros, el genero de los cuernitos no me decía gran cosa en esos días. Durante mucho tiempo di al metal como un cadaver que no era capaz de ir más allá del concepto de virtuosismo y se había perdido entre su propio fundamentalismo. Pero eso cambió el año pasado.
Motivos hubo varios, pero supongo que el más importante fue darme cuenta que THIS IS MUSIC requería algo más de diversidad para no ser otro blog indie. Esa era mi intención desde el principio y sentí que había perdido un poco el norte en ese sentido. Adicionalmente el año pasado hubo buenos trabajos rodando por ahí. Deafheaven, Ghost, Periphery y Slipknot me demostraron que todavía había cosas para apreciar en ese mundo. Muchas que me gritaban que estaba equivocado al pensar que no había enfoques distintos en el metal aparte de los tradicionales. Y sobre todo, que la forma tradicional no desentonaba tanto como yo pensaba.
En medio de ese proceso un amigo más metido en el metal que yo me insistió durante el último año con Gojira. No sabia nada de ellos, pero fue interesante enterarme que el bajista de Cavalera Conspiracy, Joe Duplantier, es guitarrista y cantante de esta banda. Cuando lanzaron 'Magma' este año me decidí a escucharlos finalmente, como para complacer tanta joda de mi amigo con ellos. Para ser justos puede que yo lo moleste igual con Oasis, así que era como para quedar a mano.
La verdad es que de un tiempo para acá le volví a coger gusto al metal luego de años más metido en el indie y ese tipo de cosas. En los últimos años lo alejé de mis prioridades porque sentía que en comparación con gente como Kasabian, Foster The People y otros, el genero de los cuernitos no me decía gran cosa en esos días. Durante mucho tiempo di al metal como un cadaver que no era capaz de ir más allá del concepto de virtuosismo y se había perdido entre su propio fundamentalismo. Pero eso cambió el año pasado.
Motivos hubo varios, pero supongo que el más importante fue darme cuenta que THIS IS MUSIC requería algo más de diversidad para no ser otro blog indie. Esa era mi intención desde el principio y sentí que había perdido un poco el norte en ese sentido. Adicionalmente el año pasado hubo buenos trabajos rodando por ahí. Deafheaven, Ghost, Periphery y Slipknot me demostraron que todavía había cosas para apreciar en ese mundo. Muchas que me gritaban que estaba equivocado al pensar que no había enfoques distintos en el metal aparte de los tradicionales. Y sobre todo, que la forma tradicional no desentonaba tanto como yo pensaba.
En medio de ese proceso un amigo más metido en el metal que yo me insistió durante el último año con Gojira. No sabia nada de ellos, pero fue interesante enterarme que el bajista de Cavalera Conspiracy, Joe Duplantier, es guitarrista y cantante de esta banda. Cuando lanzaron 'Magma' este año me decidí a escucharlos finalmente, como para complacer tanta joda de mi amigo con ellos. Para ser justos puede que yo lo moleste igual con Oasis, así que era como para quedar a mano.
Esa eventualidad me permitió descubrir a una banda completamente fuera de serie. El atractivo está (para quien no los conozca) en que Gojira es una combinación de elementos que van entre el death metal y el metal progresivo. Los pasajes musicales son siempre cambiantes, alternando entre atmósferas tensas, oscuras, donde las sombras siniestras se mueven de un lado a otro para pasar a desatar la furia y la muerte una canción tras otra. No obstante, fue con la aparición de su álbum 'L'Enfant Sauvage' en 2012 (el primero con la mítica disquera Roadrunner Records) cuando a esas características les sumaron melodías más certeras que las acostumbradas en el pasado, logrando así una mayor popularidad en el mundo del metal.
Con 'Magma' todo eso cambió. Más denso, experimental y en ocasiones difícil de digerir que sus antecesores, marca un punto de ruptura notable con las que hasta hace un tiempo fueron sus señas de identidad. Ahora apelan a canciones cortas, directas al grano, sin tanta mística pero con una elección de riffs igualmente atronadora, con los cuales abren paso a letras donde la tristeza y el dolor tienen su lugar privilegiado. Eso ultimo se explica en el hecho de que la madre de los hermanos Duplantier murió mientras estaban grabando el álbum.
Lo que más me impresionó del álbum fue que los ritmos más que pesados se sentían bastante oscuros. El riff de "The Shooting" por ejemplo está cargado de una atmósfera tensa, más propia de unos Joy Division que de un grupo de metal común y corriente. De esa tensión parten todas las variantes del disco. "Pray" y "Low Lands" siguen esa misma idea pero con más contundencia en las guitarras. "Stranded" le suma a esa tensión alguna cosa oriental en la guitarra, "Magma" se siente fantasmagórica con esa guitarra que parece el silbido de un fantasma, mientras que "The Cell" tiene cosas del post metal principalmente en la batería. El momento más raro del disco fue sin embargo "Liberation", un instrumental donde se iban por una dirección totalmente diferente al metal, ejecutando instrumentos acústicos y poniéndose un poco en la linea de lo que hizo Black Sabbath con "Planet Caravan".
Con 'Magma' todo eso cambió. Más denso, experimental y en ocasiones difícil de digerir que sus antecesores, marca un punto de ruptura notable con las que hasta hace un tiempo fueron sus señas de identidad. Ahora apelan a canciones cortas, directas al grano, sin tanta mística pero con una elección de riffs igualmente atronadora, con los cuales abren paso a letras donde la tristeza y el dolor tienen su lugar privilegiado. Eso ultimo se explica en el hecho de que la madre de los hermanos Duplantier murió mientras estaban grabando el álbum.
Lo que más me impresionó del álbum fue que los ritmos más que pesados se sentían bastante oscuros. El riff de "The Shooting" por ejemplo está cargado de una atmósfera tensa, más propia de unos Joy Division que de un grupo de metal común y corriente. De esa tensión parten todas las variantes del disco. "Pray" y "Low Lands" siguen esa misma idea pero con más contundencia en las guitarras. "Stranded" le suma a esa tensión alguna cosa oriental en la guitarra, "Magma" se siente fantasmagórica con esa guitarra que parece el silbido de un fantasma, mientras que "The Cell" tiene cosas del post metal principalmente en la batería. El momento más raro del disco fue sin embargo "Liberation", un instrumental donde se iban por una dirección totalmente diferente al metal, ejecutando instrumentos acústicos y poniéndose un poco en la linea de lo que hizo Black Sabbath con "Planet Caravan".
De todos modos hay momentos como "Only Pain" o "Silvera" donde el sonido metalero es más convencional. Pero aun así la cuestión no pasa por ese salvajismo del death metal sino por algo sobrio, como priorizando ese ambiente tétrico por encima de la dureza con la que tocaban en el pasado.
El acople de Gojira siempre ha sido impactante, pero es en 'Magma' donde lo llevan al límite por primera vez. Seguramente en el mundo del metal ha costado que tenga la misma aceptación de sus trabajos previos, pero entre los que no estamos afiliados al sindicato seguro que hay motivos para apreciarlo. Me hace pensar en lo que habría pasado si The Cure hubiese tomado como espejo a los grupos metaleros de su tiempo en vez de aquellos dedicados al post punk. Si hubiese necesidad de hablar de una versión metalera de 'Pornography', el sexto trabajo de Gojira cumpliría perfectamente con los requisitos.
Mi recomendada es "Stranded". El riff le debe mucho a Pantera, pero ni eso le quita lo demoledor.
Aquí va "Silvera".
Mi recomendada es "Stranded". El riff le debe mucho a Pantera, pero ni eso le quita lo demoledor.
Aquí va "Silvera".
Calificación: 4.5/5
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