No suelen apasionarme los discos de hard rock del siglo XXI. Hay excepciones claro, pero en general muchos de esos trabajos tienen el problema de deberle tanto a los duros del género que suelen ser genéricos a un nivel ridículo. También influye para mal crecer en una ciudad muy propensa al anacronismo. Bogotá puede tener 5.000 bandas, pero al menos 2.000 de esas hacen ese mismo hard rock repetitivo sin aportar nada aparte de la nostalgia por tiempos que no volverán.
Pero vea usted, ahí está la gracia de Adelitas Way. Los escuché hace unos años, justo cuando me estaba convirtiendo al post punk y los encontré totalmente genéricos. Tan así que me resultaba extraño no escucharlos en Radioacktiva. No niego que su mayor éxito hasta la fecha, "Invincible" es una bomba y un tema recurrente en la WWE con total merecimiento, pero nunca me sentí más allá de eso conectado con la banda liderada por Rick DeJesus.
Sin embargo, Getaway me obligó a reformular un poco esa impresión que tenia de ellos.
Bueno, no tanto el disco en si, sino mi propia madurez. Digamos que uno con el tiempo aprende que no siempre los innovadores o los que encaran la música en términos meramente artísticos tienen la razón o pueden hacer buenos discos. En ocasiones aquellos que se comprometen en cuerpo y alma a entreternos, a hacernos pasar un buen rato, pueden ser igual de trascendentes siempre que sean honestos con la gente y con ellos mismos.
Getaway es un buen ejemplo. Desde la primera canción (y sencillo) "Bad Reputation" logran con coros tipo Audioslave o Seether captar la atención sin, insisto, ser algo más que una banda de "rocksito" al final de día. No hay riffs sucios, todo está bien alineado incluso en las canciones como "Filthy Heart" o "Harbour The Fugitive" que en teoría son las canciones "diferentes". La producción entume el verdadero potencial de esas canciones en vivo, pero no por eso uno deja de imaginar lo potente que puede ser escuchar cosas como "Low" en un concierto.
No tienen la soltura de Buckcherry o The Darkness, ni mucho menos el encanto de Hardcore Superstar, pero eso no les impide tener el empeño de querer sonar duro con las maneras del siglo XXI. Eso les juega en contra a la hora de los coros que, siendo honestos, se reciclan la mayoría del tiempo. Logran compensarlo con la variedad suficiente en los ritmos para no sonar tan planos, cosa que se le debe agradecer al baterista Trevor Stafford y al guitarrista Robert Zakaryan. Entre los dos pueden hacernos transitar por la sureña "The Good Die Young", la cruda "I Get Around" o la seductora "Shame" en cuestión de minutos y sin ser excesivamente virtuosos,
Al final nos topamos con un disco que es como esas películas que pueden tener un argumento muy trillado, pero consiguen gustarnos igual. Perpetua el sesgo alrededor del hard rock y el revisionismo barato de mucha gente, pero sabe sacarse momentos contagiosos a pesar de todo. Sin ser muy prejuicioso se puede encontrar algo interesante en Adelitas Way.
Mi recomendada es “Getaway”. Hay un motivo por el que ese disco se llama así, y es por esa canción.
Aquí va "I Get Around".
Aquí va "I Get Around".
Calificación: 3/5
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