lunes, 11 de enero de 2016

Adiós David


No será visto como una leyenda, sino como un mito.

"This week dragged past me 
so slowly
The days fell on their knees
Maybe I'll take something to help me
Hope someone takes after me"

Extracto de "Stay", del álbum Station To Station.

En la mañana del día de hoy nos despertamos con la triste noticia del fallecimiento de David Bowie, luego de una lucha contra el cáncer alejada de los medios durante cerca de año y medio. Eso tan solo tres días después de cumplir 69 años y de lanzar su vigesimoquinto (y a la postre ultimo) álbum de estudio, Blackstar.

Resulta increible pensar como la música pop vivió acostumbrada a su presencia durante cerca de medio siglo y ahora deba escribir nuevos capítulos sin un tipo que creía en eso de mirar hacia adelante, siempre yendo más allá de las formulas radiales o de las listas de éxitos, en una época donde de eso se ve más bien poquito.

Seguramente quienes llevan más tiempo en esto de la música dirán que esto no tiene arreglo, que no existirá algo así nuevamente, que una trayectoria así de cambiante y con  semejante calidad no se volverá a ver jamás. Y tal vez sea cierto, ¿Pero necesitamos "otro Bowie" para seguir adelante? No lo creo. Primero porque eso es imposible, segundo porque no estamos pasando precisamente por un mal momento de artistas. Lo que pasa es que ya no se puede esperar ganar mucha plata o tener un impacto tan duradero cuando todo se reduce a tendencias que cambian cada 24 horas, pero eso es distinto. El Camaleón dejó escuela, así que lo mejor será ver sin demasiados prejuicios de lo que son capaces sus aventajados estudiantes en el futuro.

Para el momento en que a nuestra generación le toque llegar por los cuarenta o los cincuenta, Bowie no será visto como una leyenda, sino como un mito. ¿Por qué? Pues porque a las generaciones que van a nacer sin haber coincidido al menos por unos pocos años con su talento en vida, les va a resultar imposible concebir que alguien pueda cambiar y revolucionar tantas veces la música. La suya propia y la de otros.

Debido a que nuevamente un disco de David coincidía con su cumpleaños, desde hace un tiempo vengo preparando una serie de posts relacionados con él. Debido a ciertos problemas personales no encontraba la forma de completarlos, pero al final este triste suceso parece que me dio alas para terminar esa tarea como es debido. Así que, además de la respectiva reseña de Blackstar, se puede esperar por aquí muchísimo más del británico en los próximos días, como una forma de rendir tributo al hombre que nos enseñó (y nos seguirá enseñando) el valor de la innovación y de reinventarse en la música y en la vida misma.

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