jueves, 10 de abril de 2014

Estereo Picnic 2014: La historia. Parte III: Matadores



Es la confirmación y consolidación de lo que ya en 2013 se veía venir: un evento que le peleara a cara de perro a los festivales mas importantes de Latinoamerica.


Pasa algo raro con el tercer día de Estéreo Picnic, y es que cada vez que lo pienso, pudo haber sido totalmente prescindible. Después de todo, era un día signado por esa fusión caribeña que nos quieren hacer creer que representa a todo el país, y una electrónica que a pesar de sus buenas canciones, se limita a si misma por sets predecibles (cortesía de Tomorrowland) y por no ejecutarse en vivo. Especialmente esto ultimo, implicaría que pudiese vender mi boleta sin remordimiento.

Sin embargo, también es importante señalar que el hecho de tener que convivir con dos facciones que no pegan conmigo, puede ser una experiencia para destacar. Después de todo, ese evento esta condenado desde octubre del año pasado a ser victima de una crónica.


Nuevamente me levante tarde luego de la borrachera musical a la que me vi sometido el viernes, pero esta vez mis respuestas eran mucho más lentas. Mi voz estaba casi destrozada, las piernas me mataban, y la garganta pedía a gritos una sonda continua para que le pusieran liquido todo el tiempo. Igual, no sentí afán en llegar porque The Wailers empezaba a eso de las 5.

Desafortunadamente hubo un cambio de horario de último minuto, intercambiando a The Wailers con Cultura Profética. Imaginaran mi sorpresa y el desespero en el bus cuando me di cuenta de eso, llegando al extremo de bajarme unas cuadras más atrás para correr, puesto que el tráfico estaba imposible. Y si, de nuevo corría por pura ansiedad.


Lamentablemente la fila estaba mas larga que los dos días anteriores y a pesar de avanzar rápidamente, me perdí una buena parte de una de las presentaciones mas importantes que haya recibido Colombia (al menos partiendo del nombre que llevan en sus espaldas).

Memorable The Wailers como se esperaba. Aunque no alcance a ver todo el show por el cambio de horario, quede encantado cuando tocaron sus hits "I Shot The sheriff", "Could You Be Loved" y sobre todo "Jammin'". Con el cielo despejado y el sol que ya comenzaba a esconderse, la cosa realmente parecía Woodstock. Mujeres con faldas largas y coloridas, con coronas de flores (incluso vi una negra con el gorro jamaicano); hombres con camisetas esqueleto, vibra de paz y amor. Y como no puede faltar, el intenso olor a marihuana que se sentía hasta en el baño.





"No todo lo que se nos enseña nos hace crecer". Ese verso de “Ideas Nuevas” fue suficiente para prestarle atención a Cultura Profética unas horas mas tarde. La verdad nunca me llamó la atención, pero admito que dejarme sorprender en esta ocasión fue positivo. Con invitado a bordo y toda la cosa, solo me parece que se equivocaron con el final cuando, cayendo en el cliché de toda banda o artista reggae, hacían un guiño a la legalización de la marihuana como ya se hizo en Uruguay.

Seamos claros: esto no es proselitismo antidroga. Pero quiero creer que en el reggae hay algo más que marihuana y amor entre todos. Que también la irreverencia por otras cosas vale. Perry, Marley o Tosh sabían eso (aun teniendo canciones en las que pedían legalización). Los de Cultura Profética mostraron buenas letras y buenas canciones, no deberían desperdiciarse de esa forma. Y no se excusen en el aspecto religioso que pueda haber detrás, porque eso solo demuestra que el factor de la "verde" es mas importante. Hippismo y capitalismo como el de Estereo Picnic no la llevan, mucho menos cuando los ideales chocan directo con el precio y las actitudes de unos y otros.

Me fui al escenario Caracol para ver a los chilenos de  RVSB, donde ahora enfrentaría otra lucha ideológica: la del verdadero valor de los DJ y, principalmente, el de un publico que bien podría pinchar el tornamesa y justificar tanta plata gastada. 

Es por eso que me cuesta hablar del set de un DJ en vivo. Cuando lo hacen en el estudio y lo plasman en un disco no es difícil. Después de todo, bien o mal hay un esfuerzo en encontrar el ritmo o "la licuadora" precisa. Pero en los shows, al no interpretar ese sonido en vivo sino y dejando que las pistas suenen solo con un poco mas de procesamiento, ¿Tiene sentido pagar tanto por un pincha pistas o por un ambiente que se puede conseguir fácilmente hasta en la casa de uno?


Pero hagamos de cuenta que para quien escribe estas lineas los DJ Set tienen sentido. Y en ese orden de ideas, tremendo set de RVSB. El componente hip hop fue determinante para darle un sentido distinto a su presentación con respecto a las que normalmente hacen Zedd, Axwell, o Tiesto (al menos en los estilos que pinchan). Le metieron dubstep a ratos, algo de drum and bass, y hasta se atrevieron a sacarle remezcla a "Let's Get It On" de Marvin Gaye con éxito. Nada mal para no ser angloparlantes. Dejaron el camino abierto para los que siguieron.




Estuve caminando por ahí un rato mientras terminaba el espectáculo de Bomba Estéreo en el Escenario Tigo Music, puesto que realmente no me nació escuchar nada de su presentación. Ni siquiera de pasada lograban captar mi atención. Se dice que tuvieron algunos problemas de logística, pero no fui testigo ocular de nada. 

Al concluir Bomba Estéreo, ingrese de nuevo al tumulto del Tigo Music para escuchar una banda de la que se decían muchas cosas, pero de la que realmente no sabia nada, salvo que el olor mas fuerte que podía sentir seria el de la pecueca.


No vi a la banda de Kusturica (que estuvo por nuestro país hace pocas semanas), pero vi a Gogol Bordello que es casi lo mismo. En una palabra: demoledores. Me abstuve de escuchar cualquier cosa de ellos para dejarme sorprender. Sin duda fue una gran decisión, porque parecían llevárselo a uno por las narices con ese sonido tan cabaretero y a la vez tan crudo. Eugene Hutz dejo constancia de su pasión y su capacidad de mostrarse despojado de grandeza ante su gente. Sorprendente su violinista, Sergey Ryabtsev, que imponía su ley con una elegancia y una confianza tremendas. Mis respetos a esos tipos, que son el verdadero Cabaret Ambulante.


Cualquier cosa que diga de Los Fabulosos Cadillacs ahora mismo, ya se ha dicho no solo esta semana, sino desde los noventa. Pero hay una que no han dicho y tal vez nunca digan: parece que se hubiesen propuesto borrar de nuestras mentes a Red Hot Chili Peppers ese día. Demostraron por qué son una de las bandas mas queridas de Latinoamerica, con un desempeño tremendo de Vicentico en la voz, un Sr Flavio que entre esto y lo que viene haciendo con De La Tierra adquiere una dimensión destacable, mucho mas allá de lo que cualquiera esperaría de el. Esa noche demostró ser un verdadero genio de la ritmologia.

Pero mi mayor aplauso se lo doy sin duda a Sergio Rotman. Los años pasan y el sigue oficiando como MC, director de orquesta y reverendo con una autoridad que inspira respeto con solo verlo. Así no sople nada en el saxofón, que cuando lo hace tiene una mezcla de elegancia y calle que le da al menos el 50% del sonido a los Cadillacs.



Arranque con "Manuel Santillan, El Leon", "Mi Novia Se Cayó A Un Pozo Ciego" y "La Luz Del Ritmo"; sendas demostraciones de su poderio instrumental en "El Genio Del Dub" y "Sábato"; momentos de mas intimidad en "Calaveras Y Diablitos" y "Siguiendo La Luna", pura fiesta latinoamericano con "Vasos Vacios" y "Padre Nuestro, y el acostumbrado escalofrío que recuerda las raíces impuestas por la sangre con "Mal Bicho" y "Matador". Todo eso sin exceso de pretensiones, con calidad, seguridad y un carisma totales, y un publico a la altura de esa exigencia. No había otra forma de cerrar Estereo Picnic.


Pero lo mejor llegó con su encore. Un guiño a "Pinball Wizard" de The Who mientras tocaban "Vos Sabés", y especialmente un cover a "Guns Of Brixton" de The Clash que no esperaba que fueran a tocar, que ni siquiera se me pasaba por la cabeza pedir, y que no se si la gente no conocía o el shock era tan grande que se quedó muda. Yo solo decidí seguir a Cianciarulo, destrozarme la garganta si era necesario cantando la que, justamente, es mi canción favorita de la banda británica. Realmente valió la pena, así todavía tenga algunos problemas en la voz. 
Luego llegan "El Satanico Dr Cadillac", la muy pedida "Yo No Me Sentaría En Tu Mesa" (no puede ser solo impresión mía la complacencia de varias bandas con el fútbol en esta edición), y una potente versión de "V Centenario" que logró armar pogo justo al lado de donde me encontraba, dando así un cierre memorable por parte de la tercera cabeza de cartel. Es por ellos que valió la pena convivir con esas cosas con las que aun no me llevo bien de la música. Podría haberme ido a mi casa en ese preciso punto, pero aun tenia una deuda con mi infancia que debía pagarse. Una que ambientó mis años de bachillerato jugando fútbol, donde el picadito mas inocente me lo tomaba en serio por el solo hecho de que "Traffic", "Adagio For Strings", Flight 643" o "Love Comes Again" sonaban siempre en mi cabeza. Siempre eran una inyección de adrenalina en todo mi ser. Aun tenia que ver a Tiesto.


No estuve en todo el set de Tiesto, puesto que al igual que con Steve Aoki el año pasado, abandone el lugar una hora antes de que concluyera. Pero lo que con Steve solo fue cuestión de agotamiento, con el holandés no se trataba exactamente de eso. Porque si, ya el estar tres días seguidos caminando, durmiendo mal, resistiendo la presión del publico y con la garganta desgarrada de tanto cantar; pero la verdad es que no me sentí en lo absoluto conectado ni con la figura del DJ en cuestión, ni con el set que dispuso.


Reconozco que tomó la decisión correcta reinventandose cuando el trance perdió poderío frente al house de Guetta y el dubstep. Pero a pesar de eso, uno no se puede evitar sentir fuera de lugar cuando fue justamente el trance el que me llevo a conocerlo y admirarlo por tanto tiempo. Afortunadamente sentí un guiño de su parte cuando incluyo un pedazo de "Love Comes Again". Respecto a la figura del DJ, ya expliqué eso mas arriba, y no pienso hacerlo de nuevo.


En general, el evento tuvo una organización estupenda. Mas allá de que solo Tigo tenia señal por ser los únicos con permiso para poner antena, mas allá del caos vehicular para la entrada y la salida del evento, mas allá de algunos cuestionamientos a la sobre publicidad de algunas marcas, mas allá de la cantidad tan absurda de drogas y jibaros de turno en los tres días de festival; esta edición de Estereo Picnic es la confirmación y consolidación de lo que ya en 2013 se veía venir: un evento que le peleara a cara de perro a los festivales mas importantes de Latinoamerica, en lo que a importancia se refiere. 

Si en algo se puede decir que quedaron debiendo, fue en la cuota nacional. Árbol de Ojos e Injury dieron buenas presentaciones, pero Monsieur Perine y Bomba Estéreo que se supone, llevaban el mando en ese sentido, se dice que tuvieron bastantes problemas con el sonido. Si quieren impulsar a las bandas colombianas, deben tratarlas con el mismo respeto y el mismo profesionalismo que las bandas de afuera. De lo contrario, tendremos que seguir viendo a Catalina García pidiendo disculpas por tener "algunos problemitas con el sonido", mientras su show se destroza a pedazos con cada minuto que pasa.

Aun asi, debo decir que no creo que vuelva a ir tres días a un Estereo Picnic. Es un suicidio para los pies y la espalda. Pero si he de volver, que sea por Kasabian, o Noel Gallagher, o Linkin Park, O los tres juntos.

Síntesis: Sin duda, el ultimo día es el del choque de culturas mas evidente de todos. Hippismo llevado por porros en la tanda reggae-fusion, y cultura de discoteca llevada por trago y mas porros en la tanda electro. Y ante eso, este pecho estorbando a todos por igual. Buen ataque de nostalgia con The Wailers, sensaciones agridulces con Cultura Profética, prometedores RVSB (para su genero y su espacio), ataque explosivo de gitanos con Gogol Bordello, presentación matadora de Los Fabulosos Cadillacs, y cierre con muchas luces y pocas sorpresas con Tiesto.

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