lunes, 18 de julio de 2016

Reseña: Wolfmother - Victorious


El salvajismo intratable de los australianos parece haberse ido al mismísimo carajo.

Ya es lejano ese 2005 en el que Wolfmother dijo presente con un debut donde el mundo fue suyo con canciones como "Woman" o "Joker And The Thief". Y cada vez queda más claro que la suya fue una carrera desperdiciada. El que pudo ser el grupo que le diera nueva vida al hard rock se fue apagando por muchos factores. Una prensa que se cansó rápidamente de ellos, un Andrew Stockdale que en su afán de ser caudillo ha cambiado la formación del grupo tantas veces como de ropa, los cinco años de espera entre el lanzamiento del subestimado Cosmic Egg y un muy regular New Crown, el intento fallido de Stockdale por irse en solitario... demasiados cambios que al final han minado mucho la popularidad de la banda.

Este 2016 llegan con un nuevo álbum debajo del brazo titulado Victorious. Por la forma en que fue grabado suena más a otro instinto solista de Stockdale que a un album "en banda". Esto porque el mismo Andrew grabó todas las partes de guitarra y bajo, acompañado unicamente por el organo de Ian Peres y la participación como bateristas invitados de Joey Waronker (conocido por su trabajo en R.E.M.), y Josh Freese, el baterista invitado del rock por excelencia.

Cuando reseñé New Crown hace unos años decía que ese era un simulacro de lo que podía llegar a ser el siguiente trabajo de la banda de Stockdale que un álbum en si mismo por lo apresurado que sonaba y lo poco trabajados que estaban varios temas. Craso error de quien escribe, pues Victorious, su cuarto material de estudio, con más tiempo de producción ha resultado ser un punto bajo en la carrera de Wolfmother. Y no, no hablo de ese  "punto bajo" que muchos achacaron repentinamente cuando apareció Cosmic Egg o la intrascendencia que finalmente condenó a New Crown. Hablo de que en serio, Wolfmother está en problemas.


Y eso que uno empieza escuchando el álbum y no parece que este tan mal la cosa. "The Love That You Give" es un arranque solido, preciso, rompedor, con teclados y guitarras haciendo de las suyas en todo momento. Incluso podemos decir que el voltaje dice presente en "Victorious", con golpes de batería bien atrevidos y siguiendo la formula de "Joker And The Thief" sin abusar demasiado. Mejor todavía se muestra "Baroness", con un coro de lo más melódico que haya sacado Stockdale y unas estrofas que incitan a marchar al ritmo del compás.

Turno de la acústica "Pretty Peggy", un country que no tiene problema en sumar coros gospel. Evidentemente es mucho más pulida que otras incursiones del grupo en ese campo como "Vagabond", por dar un ejemplo. Y ahí empiezan los problemas. Escuchar un Wolfmother pulido y refinado no es precisamente lo que uno busca. Pero eso es lo que tendremos. Las guitarras vuelven a "City Lights" y "The Simple Life" con un pulso más rocanrolero pero son desperdiciadas al apostar demasiado a lo seguro para su propio bien.

Pasamos a "Best Of A Bad Situation", donde vuelve a empuñar la guitarra acústica y las melodías se hacen nuevamente presentes en un tono más pop-rock. A su favor, funciona mucho mejor que varios números guitarreros presentes en Victorious. "Gipsy Caravan" parece recuperar algo del vigor con el que arrancaba el álbum, pero no lo logra del todo. Eso queda para "Happy Face" que se impone nuevamente por la vía más melódica. Al igual que "Baroness" aprovecha un coro muy melódico y unos guitarrazos bien puestos para salir adelante. El final con "Eye Of The Beholder" hace inevitable la incomoda pregunta de ¿Por qué no hubo más canciones así?

Victorious no tiene malas canciones, pero peca de no ser muy memorable que digamos. Funciona mejor como unidad que como una serie de canciones separadas. Sin embargo, y a diferencia de su antecesor puede ser mejor con las escuchas. Eso se debe a que está mejor producido, a que no fue grabado a las carreras, y a que en general contiene mejores temas. No son los que uno esperaría que fueran los mejores, pero hay una mejoría en ese sentido.

Ahora, eso no quita al disco el tufo de aburrimiento por todos lados. En las canciones "duras" el salvajismo intratable de los australianos parece haberse ido al mismísimo carajo, hay elecciones muy predecibles en las guitarras, y la adrenalina del principio parece agotada antes de llegar a la mitad del disco. En serio que resulta curioso que el álbum se salvara de un destino peor por los momentos acústicos. ¿Será la hora de conocer a un Andrew Stockdale en modo Neil Young o Bob Dylan? Por el bien de Wolfmother, que así sea.

"Best Of A Bad Situation" es mi recomendada. No tiene nada que ver con lo que hizo grande a Wolfmother, pero de que es un buen tema, es un buen tema.

Aquí va "Gipsy Caravan".


Calificación: 3/5

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