miércoles, 23 de agosto de 2017

Retrospectiva: Vanishing Point, resucitando contra todo prónostico


Un parte de tranquilidad para demostrar que seguirían dando vueltas por ahí un rato más.
No tenía planes de hacer esta retrospectiva, pero tampoco vi a nadie dedicándole unas palabras cuando se cumplió su 20 aniversario el mes pasado, así que me dije ¿por qué no?

Algo que siempre me intriga y me fascina de la música es la capacidad que tienen ciertas bandas para sacar lo mejor de si mismas en el peor momento posible. Sacar inspiración de su propia realidad compleja o agobiante no es fácil, pero suele ser algo útil cuando las posibilidades y el tiempo están en contra. Pero, sea el mejor o el peor de los momentos, el factor suerte siempre juega un papel fundamental para configurar o re-configurar canciones, discos, conceptos, y hasta conciertos.

Una combinación turbulenta de todo eso dio vida al quinto trabajo de los escoceses Primal Scream, 'Vanishing Point', uno de esos trabajos desafiantes que pasaron desapercibidos durante 1997 solo porque 'OK Computer' de Radiohead tuvo mejor timing que el resto.


Contexto

Estamos en el año 1994. Primal Scream termina de telonear a Depeche Mode durante su Exciter Tour. En ambos grupos los excesos juegan en contra a pesar de ser siempre profesionales en el escenario y los dejan al borde de la separación cuando termina la gira. Pero son circunstancias bien diferentes las que los llevan a esa situación, pues mientras los de Basildon son una banda consolidada que ha probado durante los diez años anteriores su valía y ahora pagaba ese desgaste, los de Glasgow rompieron tres años atrás las barreras del house y el rock con 'Screamadelica', pero ahora se encontraban en tierra de nadie.

Entre un intento de adaptación a un mundo más guitarrero, los excesos con las drogas (principalmente heroína) y las ganas de volver a un rock clásico que motivaban por esos días tanto al vocalista Bobby Gillespie como al guitarrista Robert Young, aparece en 1993 un irregular 'Give Out But Don't Give Up' que si bien supo dejar buenos temas en el recuerdo como "Rocks" o "Funky Jam", fue pisoteado por la critica al descartar todo lo que hizo importante al grupo unos años atrás.

Esa presión mediática junto a la vida en la carretera y los excesos con las drogas llevaron a conflictos serios en el grupo. Por ese motivo Gillespie decidió que se tomarían un tiempo fuera, en parte para desintoxicarse y eliminar las tensiones, pero muy especialmente para decidir lo que harían a partir de entonces. Hacia 1996 y luego de considerar seriamente disolver el grupo, el vocalista reúne a Primal Scream para trabajar en un nuevo álbum. Al llamado respondieron los guitarristas Young y Andrew Innes, el teclista Martin Duffy y el baterista Paul Mulraney. El bajista Henry Olsen rechazó el llamado, obligando al grupo a buscar un reemplazo. Mientras lo encontraban, decidieron arreglárselas con Innes en ese puesto y algunos invitados para el rol de bajista. Paralelamente, Gillespie tomaba inspiración del dub y el krautrock para inventar un concepto diferente que funcionara para resucitar a la banda.


El disco

La idea detrás de 'Vanishing Point' parte de la intención por parte de Gillespie de hacer una banda sonora alterna a la película de 1971, llena del espíritu post-Woodstock de la época. Probablemente pensaba en reinterpretar la película y la carrera a campo traviesa del protagonista partiendo de la música, aportando una visión más apocalíptica del asunto. Esas intenciones probablemente le permitieron anticipar a la película 'Drive' de 2011 en términos emocionales.

Pero volvamos a lo que nos compete. Con eso en mente la banda comienza a profundizar en un híbrido de dub y krautrock con alguna guitarra y algún ritmo madchester ocasional para aportar variedad. Gillespie entiende que la clave de su éxito en 'Screamadelica' estuvo en deformar las estructuras y las barreras que se acostumbraban entre géneros, y en esas se puso con el resto de la banda. Eso si, tuvo cuidado de no repetir al pie de la letra todo lo que hizo en su álbum más aclamado. Por el contrario, la clave de 'Vanishing Point' estuvo en deformar todo lo posible esas ideas preconcebidas hasta darle un rumbo diferente a Primal Scream, que buscaban desesperadamente no ser recordados por ser un "pony de un solo truco".


"Burning Wheel" ya deja claro que esto no tiene nada que ver con 'Give Out But Don't Dive Up'. Se acabó eso de volver al rock and roll, es momento de retomar las cosas como iban en 'Screamadelica'. El ritmo es ciertamente propio del madchester, pero algo suena distinto. Las guitarras de Robert Young y Andrew Innes se hacen notar, pero sin llegar al exceso de protagonismo presente en su álbum anterior. 

Pasamos de allí a una especie de dub-blues instrumental en "Get Duffy" y luego a la pieza maestra del álbum: "Kowalski".


Es una colisión frontal entre dub y krautrock donde los sampleos resultan fundamentales. Por un lado la batería sale de "Halleluhwah", un tema de los alemanes Can, mientras que algunos de los ruidos ambientales que sobrevuelan la canción son extraidos de una canción de Funkadelic, "Get Off Your Ass and Jam". Por otro lado, encontramos el sampleo de un dialogo de la película que inspiró el concepto del disco, que junto a los susurros de Gillespie incrementan la oscuridad y la sensación tanto futurista como de mal viaje que rodea la canción.

Seguimos con "Star", donde el dub se cruza con el gospel para crear una balada bastante extraña. Aparece una armónica interpretada por Augustus Pablo, reconocido como productor y músico esencial en la historia del reggae y el dub. El teclado de Martin Duffy también resulta clave para sostener la canción prácticamente en el aire con su estilo acostumbrado: tocando las notas esenciales y sin querer ser protagonista.

Los golpes madchester vuelven con "If They Move, Kill 'Em", con una linea de bajo alucinante que parece escurrirse o rebotar como pelota loca entre los vientos, los golpes de batería, los momentos de guitarra y hasta un sitar incorporado para la ocasión. En "Stuka" llevan el ritmo y el noise en una dirección bastante fuera de lo común incluso para ellos hasta ese momento. "Medication" (con Glen Mattlock de los Sex Pistols en el bajo) pone la cuota de rock retro que rara vez falta en sus discos, dejando claro que no todo estuvo mal en 'Give Out But Don't Dive Up'. Después de todo, les dio "Rocks".


Por otra parte su cover a "Motörhead" de la banda homónima es un primer avisto de cómo se desarrollará la carrera posterior del grupo durante los siguientes seis o siete años. Mezclando guitarras crudas con baterías electrónicas, le da un giro absoluto a lo que Lemmy y compañía hicieron originalmente. La fuerza radica en Mani, que reinventa el ritmo del bajo con una habilidad envidiable. El ex-Stone Roses aprovecha la coyuntura de no tener banda y se incorpora al grupo a partir de entonces.

Para el final nos espera "Trainspotting", un instrumental donde queda bien reflejada la idea principal de Vanishing Point: reproducir 'Screamadelica' con menos RPM. Apareció en el soundtrack de la película del mismo nombre y aunque no es de las más recordadas del mismo, no desentona. "Long Life" cierra con broche de oro gracias a un sintetizador tétrico dominando la situación a  la vez que contrastando con la voz especialmente dulce de Gillespie, un poco al estilo del Bowie berlinés o de Suicide.

Recepción


Quiso la mala suerte ponerles esta vez un freno de mano para que 'Vanishing Point' no fuese todo lo alabado que pudo ser. Esa mala suerte se llamó 'OK Computer', y si bien resulta impensable que Gillespie y compañía hubiesen impactado de manera remotamente similar en el mundo entero como lo hizo Radiohead ese año con ese disco, tampoco es que ese dub-rock bipolar hubiese sido tan indiferente de tener una mayor repercusión mediática.

Con todo y eso, llegó al #2 en las listas británicas y alcanzó el disco de oro allí y en Japón. En general las publicaciones de la época aclamaron el álbum por ser un regreso a la buena forma mostrada en 'Screamadelica', e inclusive un tiempo después fue uno de los discos incluidos en el libro '1001 Álbumes Para Escuchar Antes De Morir'.

Legado

De Primal Scream para sus fans y los críticos, fue un parte de tranquilidad para demostrar que seguirían dando vueltas por ahí un rato más. 'Vanishing Point' en si mismo dio pie para varias cosas con esa combinación de dub, electrónica y dosis de guitarras con intenciones siempre diferentes. Por ejemplo, actos donde las fronteras entre rock y jungle o big beat eran difusas se hicieron populares a lo largo de 1997, proponiendo una especie de psicodelia basada con un componente más oscuro que el promovido en 'Screamadelica'. Era como el despertar después de la parranda creativa y musical de los años anteriores. No es coincidencia que durante ese año Asian Dub Foundation o The Chemical Brothers captaran la atención de mucha gente siguiendo esa clase de lineamientos en su sonido.

Paralelamente ese 1997 coincidia con la separación o el ingreso en crisis de varios grupos contemporaneos o posteriores a Primal Scream. Lanzar 'Vanishing Point' en un momento tan delicado para ellos y para la escena alternativa en general los ponía en la posición de sobrevivientes. Una que conservan hasta el día de hoy, todo sea dicho.

A raíz de todo ese revuelto tanto musical como de miembros involucrados, Gillespie eligió orientarse por las guitarras y llevarlas a una dirección más agresiva, inspirado en gran medida por el ejemplo de The Chemical Brothers pero también por redescubrir algo de la música de Suicide, presentir un futuro más cyberpunk, anárquico y paranoico. Así nace 'XTRMNTR'. Y así la misión verdadera de Primal Scream toma forma: la de reinventar su propio sonido una y otra vez, con cada disco que pasa.

Aquí va "Stuka".

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