jueves, 10 de diciembre de 2015

Reseña: White Hills - Walks For Motorists


El giro siniestro que se le daría a los planteamientos más esotéricos de Temples o Tame Impala.

Seguimos reseñando discos que, a nuestro parecer, merecían algunas palabras más allá de una mención pasajera, pero que por distintos motivos y ocupaciones a lo largo del año no pudimos hacer reales. De todos esos, este tenia algo de personal. Sigo asombrado de que no se les haya puesto tanta atención, siendo que como banda de rock son de las cosas más completas y aplastantes que se hayan escuchado en lo que llevamos de la década.

Efectivamente, una de las sorpresas más agradables de este año corrió por cuenta de White Hills. Si bien la banda liderada por el misterioso Dave W lleva una carrera de diez años, una buena cantidad de discos lanzados desde ese entonces entre trabajos de estudio y en vivo, además de contar con el apoyo de gente como Jim Jarmusch o Iggy Pop, 2015 fue en definitiva su gran año. 

Todo gracias a Walks For Motorists, álbum que se suma al revival de la neopsicodelia con un sonido duro, mecánico, sobrecargado de ecos y propio de gente que prefiere las anfetaminas o el LSD en su dieta de alucinógenos. Alucinógenos de los que solían gustar gente como The Stooges, Hawkwind o Spiritualized, influencias que saltan a los oídos casi que de inmediato en su trayectoria y en este disco en concreto.

Las canciones rara vez sobrepasan los 4 minutos, pero las que lo hacen dan la sensación de durar casi hasta el infinito. “Lead The Way” y la titular “Walks For Motorists” llevan esa idea a todo lo que da con ritmos lentos y un caos comparable al de Kyuss en las guitarras. Otros temas como “No Will” prefieren el frenesí, la velocidad, las Harley Davidson de los Hell's Angels (¿o los Hell's Satans?) corriendo a campo traviesa buscando la cantina de algún infeliz para vaciar y destruir cuando se hayan bebido la última cerveza. Inclusive “Life Is Upon You” es como si los Hell's Angels que hacían de guardia pretoriana de los Stones la noche de Altamont regrabaran "Sympathy For The Devil". 

Para dejar claro que en White Hills no temen experimentar un poco, nos dejan el sintetizador de “I, Nomad” y el industrial-discotequero de “Automated City”. Esas dos canciones en concreto demuestran la versatilidad del grupo, que es mucho mayor de lo que se puede esperar en una primera impresión del grupo. Prueba de eso es que gran parte de lo escuchado en Walks For Motorists lo trasladan a la canción que da nombre al disco y de paso lo cierra con broche de oro.

Walks For Motorists deja la sensación de ser el giro siniestro que se le daría a los planteamientos más esotéricos de Temples o Tame Impala. No es que sea particularmente innovador, pero si demuestra autenticidad a la hora de crear canciones. Uno no encuentra las influencias o la música que escuchaban en el momento de la grabación de manera inmediata. Pero es claro que el reto de todo melómano que se topa con el disco es el de encontrarlos.

Mi recomendada es “I, Nomad”. En un disco con tantas guitarras, es raro e inesperado escuchar algo así de sublime por parte del trío.

Aquí va ”Wanderlust”.


Calificación: 4.5/5

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