Una postura condicionada por 6 años de asistir a cuanto evento se organice en este país en materia de música. Esta música.
El miércoles se reveló el cartel de la primera edición de Lollapalooza Colombia en una rueda de prensa celebrada en Armando Records y encabezada por Philippe Siegenthaler, responsable de T310/Absent Papa, empresa que trae la marca Lollapalooza al país luego de que esta abriera franquicias en años anteriores en países como Alemania, Brasil, Chile y Argentina. A los pocos minutos de revelarse los artistas que harán parte del evento los días 17 y 18 de septiembre, se desató una reacción muy negativa alrededor del evento por el cartel que finalmente se reveló.
Si bien no es la primera vez que anuncios de festivales como estos tengan su cuota de polémica (pasa todo el tiempo con Estereo Picnic), en esta ocasión el malestar se hizo más evidente que nunca. Motivos hubo bastantes, pues los rumores de los meses anteriores situaban a bandas como Radiohead, LCD Soundsystem, The Libertines, The Last Shadow Puppets, Twenty One Pilots, CHVRCHES o Years & Years en el cartel. En las horas siguientes (y mucho más cuando en La X tuvieron esa especie de programa reivindicando a toda costa el cartel definitivo), las opiniones se fueron polarizando más y más.
Personalmente, me sentí del lado de los insatisfechos (aunque también de los aliviados que decidimos no hacer el gasto de Early Bird presintiendo una decepción así) pero el día del anuncio me puse a la tarea de escuchar artista por artista en el cartel para tener una visión clara de las cosas y centrar un poco mi postura. Una que está condicionada por 6 años de asistir con regularidad a cuanto evento se organice en este país en materia de música. Esta música.
Opiniones hay muchas y es difícil llegar a un acuerdo en algo tan ambiguo como es, precisamente, la música. No escribo esto pensando en que tengo razón, sino más bien explicando por qué luego de defender durante muchos años las elecciones de T310 en carteles que muchos consideraron cuestionables, esta vez no encuentro los motivos que en otras ocasiones si había. También está la cosa de que se hace necesario combatir esa percepción popular de “dejen la criticadera”, “si no les gusta no vayan”, “critican porque no tienen plata para ir” y ese tipo de etcéteras. Esas personas deben aprender a distinguir entre el que al menos tiene argumentos para quejarse, y aquellos que solo hacen ruido.
Con esas credenciales, traigo a ustedes un balance de lo bueno, lo malo y lo feo que han dejado las 72 horas posteriores al anuncio de las bandas participantes del primer Lollapalooza Colombia de la historia.
Lo bueno.
El cartel.
Es raro, ¿no? ¿Por qué destacar un cartel tan criticado como este si ese es justamente el problema? Bueno, lo que pasa es que en realidad muchas de esas bandas son tremendas. Disclosure es una bomba, gente como Silversun Pickups, Cage The Elephant o Mutemath tiene repertorios para mirar con atención y están promocionando buenos materiales de estudio en estos momentos. Pennywise a pesar de ser "mosco en leche" para ese contexto, es una banda rompedora también. Haciendo el ejercicio de escuchar estos grupos no puedo decir que son horribles o no me gustan. Curaduría hubo a pesar de las limitaciones, y eso debe aplaudirse. Destaco lo especialmente inesperado de Silversun Pickups y Mutemath.
Apostar por nuevas bandas.
Siempre voy a defender eso en un cartel, independiente de si es uno bueno o malo. La música se renueva siempre, al igual que sus intérpretes, así que es válido hacer el ejercicio de poner nuevos nombres en nuestras mentes. Varios son desconocidos para muchos de nosotros pero cuentan con una trayectoria de años, como es el caso de Wild Nothing, City And Colour, Anderson Paak, Goldroom o Esperanza Spalding que bien valdrían la pena (así fuera en sideshow). También es cierto que hubo jugadas erradas a mi parecer, como sumar a Matt & Kim, Louis The Child o Lewis Del Mar, que más allá de si dan la talla o no, realmente no aportan nada con ese sonido indie pulido y de formula que hacen con algunas percusiones pseudo-africanas, gritos intensos y voces que parecen una copia de la del vocalista de Foals. Igual, lo raro es que un cartel llegue a gustar por completo.
El enfoque hacia el house revival en la cuota electrónica.
Con la excepción de Disclosure orientado al UK Garage y Nicky Romero como exponente EDM, los demás actos electrónicos están más ligados a esa corriente del house revival que viene protagonizando el panorama de la electrónica en los últimos tiempos, cosa que indica que al menos en ese ámbito si lograron armar la curaduría como querían. Estarán Markus y Robin Schulz (no son hermanos, curiosamente), Felix Jaehn, Lost Frequencies y algunos nuevos como Jack Novak que pueden sorprender a los asistentes. La verdad creo que si a todos ellos los hubieran buscado para un Sonar Bogotá (o mejor, si hubieran importado Tomorrowland en vez de Lollapalooza) otra cosa habría sido.
Las bandas nacionales.
Para una primera edición de Lollapalooza que, se supone, debe marcar la pauta a seguir en los años siguientes, la elección de las bandas colombianas es correcta. Aunque se pueda achacar que salvo casos como Ságan o MaoLoading son los mismos de siempre (entiéndase Bomba Estereo, Diamante Eléctrico, Dr. Krapula, Monsieur Periné, Árbol De Ojos) es una jugada valida porque se trata de dar a la gente algo para hablar del evento en su primera edición. Y en cualquier caso, varias (sobre todo Árbol De Ojos) andan en un momento muy dulce de sus carreras, sonando como nunca y rompiéndola en el escenario de manera superlativa.
Ahora, una cosa es eso y otra creer que estas bandas equivalen a “apoyar el talento nacional”. Esto es solo darle continuidad a bandas ya consolidadas. Y al menos por esta primera edición pienso que está bien. En las próximas, ya veremos.
Nuevos competidores.
El lunes, antes de que se revelara el cartel de Lollapalooza Colombia, se anunció un nuevo festival, el Rock & Shout, organizado por Tyrona Eventos y con The Offspring y Dead Kennedys como actos principales. Esa misma productora unas semanas antes anunció que sería la responsable de traer a Iggy Pop por primera vez a Colombia. Adicionalmente por esos mismos días otra productora, Nova Et Vetera, anunció la llega de Swans al país en el mes de agosto a las ciudades de Bogotá y Medellin. Con la decepción de muchos alrededor del cartel de Lollapalooza, la bola y la expectativa queda para estas nuevas productoras que deben responder en términos de logística a la altura (o incluso superando) lo hecho por T310 en años y eventos anteriores. Ese aspecto es positivo porque permite descentralizar ese nicho, diversifica la oferta y hace que los conciertos se den con más regularidad. Y por supuesto, hace que los organizadores se esfuercen más por ofrecer calidad al público.
Lo malo.
El precio.
Aquí está el verdadero problema del cartel de Lollapalooza Colombia 2016 para muchos de nosotros. Si, muchas de esas bandas mencionadas arriba son llamativas, algunas genuinamente buenas… ¿pero valen realmente medio millón de pesos? Ese cuestionamiento entra en un tema delicado porque es cosa de gustos (una chica me decía que para ella había varios artistas que hacían justificable el precio porque le fascinan) pero por la opinión de una considerable mayoría, tal parece que no es un cartel muy acorde a lo que puede considerarse como una buena inversión. No creo que las mayorías tengan siempre la razón (de hecho lo normal para mi es estar contra ellas), pero cuando están en lo cierto, lo están.
Leía en Facebook que era una idiotez comparar el cartel de la discordia con los Lollapalooza de otros países por temas de idiosincrasia (no estoy de acuerdo con eso), así que vamos a comparar con lo que ha tenido Estereo Picnic desde que el precio anda rondando los $450.000 y los $500.000. No vale ese argumento de que son festivales distintos, porque Lollapalooza ya tiene nombre y arrastre por si solo (mucho más con el precedente de Estereo Picnic) como para que consideren que con lo que ya hemos visto antes ese de Lollapalooza es un precio que se justifica.
En el 2014 con esos precios vimos en tres días a Nine Inch Nails, Phoenix, Portugal. The Man, Red Hot Chili Peppers, Empire Of The, Cut Copy, Pixies, Los Fabulosos Cadillacs, Tiesto y Zedd.
En el 2015 a pesar de ser una edición más discutida y manejarse con esos mismos precios, tuvo a Jack White, Foster The People, The Kooks, Kings Of Leon, Kasabian, Alt-J, Damian Marley, Skrillex, Major Lazer, Calvin Harris y Rudimental.
El Estereo Picnic de este año fue todavía más discutido (cosa que no le impidió ser el de mayor asistencia en su historia) y tuvo a Mumford And Sons, Florence And The Machine, Snoop Dogg, Tame Impala, Bad Religion, Noel Gallagher, Alabama Shakes, Of Monsters And Men, The Flaming Lips, Zedd, Die Antwoord, Jack U, así como actos relativamente nuevos para muchos de nosotros como The Joy Formidable, Walk The Moon o Jamie Jones.
La tendencia que yo veo es que cuando en el pasado hemos pagado medio millón de pesos por festivales, generalmente hay muy buenas bandas secundarias junto a tres o cuatro nombres fuertes encabezando (o en el caso del 2016, nombres de segunda fila que bien pueden ser de primera fila). Lollapalooza Colombia no tuvo eso en este cartel.
Independiente de si los artistas que realmente querían para esta edición rechazaron asistir o no había presupuesto suficiente para tenerlos, el precio del combo es exagerado para lo que ofrecen. Hay muchas bandas sin rodaje mediático en el país, pero con pesos pesados que en realidad tampoco convocan tanto como les hacen pensar las reproducciones en streaming. Y si tienen tanta audiencia, entonces me cuesta creer que esa misma audiencia pueden esté dispuestos a pagar 500 mil pesos por aguantarse a estas bandas extrañas con tal de ver a las estrellas.
Es necesario entender que ese anuncio de Lollapalooza iba dirigido a los mismos que hemos asistido a Estereo Picnic con regularidad. Cuando cobran lo mismo (o un poco más en esta ocasión), uno espera nombres iguales o mejores en la alineación. Nombres que generen empatía entre muchísimas personas y que sean un genuino cabeza de cartel como lo supieron hacer las bandas mencionadas más arriba. Por lo visto en la mayoría de comentarios, no fue el caso. Aunque muchos achacaran esto al cartel, pienso que si el precio hubiese sido menor que el de Estereo Picnic a lo mejor también habrían quejas, pero no tendrían la misma relevancia que tienen hoy.
La rueda de prensa.
Como varios cientos de personas expectantes por saber quiénes serian los encargados de inaugurar la marca Lollapalooza Colombia, estuve presente en el lanzamiento oficial del cartel en Armando Music Hall. Mis expectativas no eran altas, pero cuando escuchaba a los panelistas fui cayendo en cuenta de lo grave que podía estar la cosa. Mucho agradecimiento al equipo de trabajo, mucho de “creer en el publico”, mucho de “hay cosas como pop y alternativas” en las declaraciones, pero entre líneas se notaba que ni ellos mismos creían en el resultado final. Como que querían decir que era un cartel muy pop, pero no podían porque sabían que el público se los iba a comer vivos. Fue un mal síntoma minutos antes de que revelaran el cartel, y fue ratificado en las horas posteriores.
Exceso de especulación en los meses anteriores.
En esta parte quiero reconocer que contribuí con mi granito de arena a esa situación de histeria colectiva alrededor de rumorar con artistas y tomarme el tema más deportivamente de lo que ameritaba. No me arrepiento totalmente, pero a la luz de los hechos si fue un error mortal.
Cuando Estereo Picnic llevaba unos pocos días de haber terminado, se comenzaron a barajar nombres para Lollapalooza Colombia. Se hablaba de LCD Soundsystem, Radiohead, Red Hot Chili Peppers y M83 entre los opcionados. Con el traslado de fecha de octubre a septiembre (que básicamente sepultó esas posibilidades), algunos personajes decían tener "contactos" en la organización del evento, apareciendo así otras “fuentes” como @ColombiaShows o @espectacolombia que se basaron en rumores para confirmar gente como Twenty One Pilots, CHVRCHES o Years & Years en el cartel de manera extraoficial. Todo eso aumentó las expectativas a un nivel absurdo, haciendo que uno calculara y especulara basándose en información errónea. El único que mantuvo la credibilidad con esto fue José Norberto Flesch (el gurú de las predicciones de nuevas presentaciones antes del anuncio oficial) que durante los tres meses de espera confirmo únicamente a Rihanna y a Lana Del Rey en ese cartel. Hasta el momento se confirmó oficialmente solo a Lana Del Rey, así que todavía estamos esperando a que se haga oficial lo de Rihanna, o que Flesch tenga una pifia por primera vez desde que anda con estas predicciones. Si he de ser sincero, mejor que el brasileño se equivoque con eso por esta vez...
Lo más grave es que esos rumores no vienen de cualquier parte: vienen de la misma organización. Sueltan nombres al azar (no bajo el nombre de T310, por supuesto) sugieren una cosa u otra en materia de artistas, para al final salir con un cartel totalmente inferior a toda esa expectativa. Desde THIS IS MUSIC prometo conservar la mesura en ese tipo de cuestiones en el futuro. Sobre todo porque esta vez he visto el lado negativo de ese tipo de practicas.
Poca representación del rock.
El cuadro lo dice mejor que yo. Solo diré que una cosa es hablar de “tener tolerancia con los otros géneros” y otra muy distinta sacar a patadas el género con el cual se ha identificado más a Lollapalooza en toda su historia. Y contrario a lo que piensen los defensores del cartel, Colombia tiene una tradición suficientemente ligada al rock como para hacerse sentir. Si las últimas 72 horas no han sido prueba suficiente de eso, yo no entiendo nada.
El headliner.
Entre los argumentos que se han utilizado para defender el cartel (y concretamente su inclusión como headliner) se apuntaba a que tenia mejor rendimiento comercial en el país que Florence And The Machine, quien encabezó este año Estereo Picnic. El problema es que Florence si bien se maneja en una línea similar, tiene canciones más dinámicas alternadas con medios tiempos, además de ser una frontwoman en toda la regla. Lana en cambio no tiene ese dinamismo, y si bien no es un requisito para ser alguien importante en la industria, es como repetir la jugada en la que Kings Of Leon fue headliner mientras Kasabian hacia que la gente se cuestionara a punta de adrenalina si no eran una mejor elección para encabezar el festival. Si hablamos de idiosincrasias, veo claro que en Colombia se prefiere al cabeza de cartel que la rompe toda por encima de cualquier consideración comercial alrededor del artista en cuestión.
Genial traerla, no tanto ponerla a encabezar el evento. Como que la organización quiso tenerla en Colombia a cualquier costo. ¿Tan difícil será tenerla en un espacio cerrado? ¿Un teatro o algo por el estilo? Siempre he creído que es en un sitio así donde puede explotar todo su potencial como intérprete.
Lo feo.
Los argumentos para defender el cartel.
Algo bastante desagradable que deja el anuncio de Lollapalooza Colombia es la polarización. Como si no tuviéramos suficiente con la política o el futbol, ahora este evento divide a los seguidores en dos bandos que por desgracia se hicieron extremos. Uno defiende el cartel a muerte porque es su cartel. Y los entiendo, pero si pretenden que uno escuche a todas esas bandas desconocidas antes de Lollapalooza solo por escucharlas y ya bajo el criterio de "tengo que hacer que mi plata valga", hay un problema de criterio grande en esta ocasión.
No quiero hacer de esto un asunto personal (bueno, más personal de lo que ya es), pero en ese orden de ideas es supremamente despreciable ver como el “music pimp” se deja ganar del personaje y trata de justificar con una óptica Billboard (y la soberbia que parece conllevar eso en su caso) un cartel y unos artistas que en realidad no son lo que debe justificar, sino su precio. Lo hizo en ese pseudo-debate en La X, y lo siguió haciendo en redes sociales durante los días siguientes con uno que otro argumento tirado de los cabellos. Como me comentó un conocido el jueves: mejor apoyen callados, sin hacer tanto ruido y demuestren más con hechos que con palabras que nosotros estamos equivocados.
Por cierto, Anderson Paak sonará genial y todo lo que ustedes quieran, pero no pretendan cobrar basándose en lo que “va a ser” un artista, sino en lo que "es".
Creer que Lollapalooza se “vendió” con ese cartel.
En el otro extremo tenemos a los anacrónicos que anhelan tiempos mejores de Lollapalooza cuando todavía era “un festival de buena música”, en cierta forma representados (si bien no se le puede considerar un instigador) por Iván Gallo y su acostumbrada diatriba (ahora en Las 2 Orillas) para estas fechas alrededor de una visión totalmente desfasada de lo que es el rock hoy en día. No pocos se sintieron representados esta vez por el personaje, pero también me desmarco de esa postura. Lollapalooza no se “vendió” ahora que mete a Rihanna (extraoficialmente) en el cartel, lo hizo cuando puso a Metallica (la banda menos “alternativa” de la época) como cabeza de cartel en 1996. Yo me limito a decir que ese cartel no vale medio millón de pesos.
El “?????”.
Aunque José Norberto Flesch también puede equivocarse, hasta la fecha no nos ha dado motivos para pensarlo. Dicho eso, ¿Por qué ponerse con misterios de que Rihanna es el otro headliner si el brasileño ya los sapeó? ¿Creen que va a cambiar la percepción del público alrededor de lo que ya sabemos? Es una jugada muy tonta por parte de Lollapalooza, sobre todo con un cartel que no es para nada acorde con el precio que se paga y porque por comentarios que se escucharon en Armando el miércoles, hubo artistas que se sumaron al cartel a ultima hora. ¿Qué sentido tiene entonces seguir ocultando la presencia de Rihanna?
Conclusiones.
En puntos de coyuntura como estos también se aprende. Con T310 doblando la rodilla en esta ocasión de manera tan evidente, aparecen nuevos promotores dispuestos a hacerse lugar en el mercado. Rock & Shout Fest, los conciertos de Iggy Pop y Swans pueden ser los destinos de mucha gente que ya decidió abiertamente no invertir en Lollapalooza. Por fortuna para ellos, todavía les quedan Hermoso Ruido, Armando Fest, Sónar y el anuncio del Estereo Picnic 2017 para reponer su imagen.
Eso debe dar a entender que independiente de cualquier postura, contamos con una red de festivales y eventos a los cuales ahora se suma Lollapalooza. Eso en sí mismo es un logro enorme, así no cumplieran con las expectativas.
No se puede seguir comiendo cuento de la especulación y la rumorología tan fácil o seguiremos llevándonos decepciones como estas. Aunque debemos entender que no siempre se puede tener lo que uno quiere (aprendí eso a las malas en eventos anteriores), al menos los conciertos deben tener precios acordes con la realidad de los artistas. Seguro que cobrando poco más de la mitad del combo por los dos días esta discusión no sería tan importante. Si los organizadores no aprenden, al menos el público (mismo que naturalmente me incluye) debe hacerlo.
Es un misterio saber si las boletas van a venderse como esperan o no para Lollapalooza, por mucho Wiz Khalifa, Disclosure, Nicky Romero, “?????” y Lana Del Rey que tengan para ofrecer. Es la primera vez desde que este cuento de los festivales empezó en Colombia que en serio un festival se ve tan golpeado mediáticamente. Tomando en cuenta que no es un público tan amplio el que asiste a esas cosas (aunque ya es decididamente superior al de hace 3 años) son cosas que impactan más porque todos sus actores tienen una relación más o menos estrecha por redes sociales.
Probablemente van a vender boletería suficiente para ser redituables, van a ser un éxito (o van a decir que lo fue), a lo mejor personas de países vecinos se la van a jugar toda y compran una parte considerable de la boletería… Aun con todas las voces que hay alrededor del tema, seguramente la asistencia va a ser considerable. Pero al menos tendrá que pasar un año, cuando anuncien el segundo cartel de su historia para saber si esta primera edición fue solo producto de las circunstancias (y mal aprovechamiento de opciones como la posibilidad de aliarse con el Personal Fest de Argentina) o definitivamente quieren ganar mucho ofreciendo muy poco por un precio absurdo.
Muy buen post, y buena conclusión.
ResponderBorrarGracias por leer, Javier.
BorrarGran publicación. Es de lo más coherente que he escuchado, evitando fanatismo absurdo y desligándose de cualquier extremo. En mi punto de vista, es un buen cartel, pero se queda en eso. No es el más fascinante ni el que genere más emoción. Simplemente está bien. Las expectativas eran muchas porque se trata de Lollapalooza.
ResponderBorrarMe alegra saber que hay alguien más que se siente indignado por la manera en que personas como Alejandro Marín, creyéndose el dueño de la verdad en la música y con el gusto más refinado, nos quiera meter por los ojos que este es una cartel impresionante y que si no nos parece así, debemos callar porque estamos mal.
Estuve en esa rueda de prensa y tuve la misma sensación cuando respondían preguntas. El cartel no se había publicado y ellos se mostraban inseguros con lo que iban a mostrarnos, se sentían inconformes, y lo peor fue cuando a la pregunta de "¿cuánto público esperan recibir?", respondieron: 35.000 personas por día. Una cifra muy baja para un festival (sobretodo, porque se trata de Lollapalooza). Eso, para mí, demostró que para los organizadores, (los mismos que nos quieren vender éste como un súper cartel), no es una nómina lo suficientemente fuerte.
Gracias por leer. Y es cierto, eso de la cantidad de publico esperada habló fatal de la organización. En cierta forma es hasta insultante tanta cosa alrededor de algo a lo que ni ellos mismos le apuestan realmente.
BorrarMarín es el tipo de persona que pudo ver a Noel Gallagher convocando gente este año o a Jack White el pasado en Estereo Picnic y decir que fueron un fracaso. No hace falta decir que el "?????" será el concierto del año en su "juicio".
Me encanto el articulo y creo que en parte tambien fue muy decepcionante, por mi parte el cartel es bueno pero no vale el medio millon de pesos y ademas en mi caso particular que me gusta la electronica, los artistas que traen como Disclosure habria tenido mucho mas sentido en el Sonar, me dio rabia sabe que lo traen a este festival cuando no estoy dispuesto a pagar toda esa plata por solo 4 artistas que me gustan lo que me parece a mi es que se cruzaron carteles, el cartel del lolla quedo como para un Estereo Picnic y el del Picnic como para un lolla y los de electronica seguimos jodidos porque los mas grandes y representantes de la escena como jamie jones y disclosure los meten en carteles de otros festivales y no en otros como el Sonar, menos mal todavia esta el baum festival, aunque siendo honesto este año tambien estuvo un poco flojo.
ResponderBorrarGracias por leer. Una cosa que me preocupa con la traída de Disclosure es que sea un DJ Set. Ojala y al menos en eso Lollapalooza justifique un poco el precio con show en vivo. Me hubiera encantado ir al BAUM por Nicole Moudaber. Y tampoco habría estado de más ver al gran Kevin Saunderson.
BorrarSe espera mucho del Sonar. Ojala vengan The Prodigy o Underworld y vuelva Jamie Jones para ese evento.
De acuerdo, vale la pena leerlo todo
ResponderBorrarGracias por leer.
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