jueves, 11 de junio de 2015

Pills 'N' Thrills: Deconstrucción

La deconstrucción es la piedra en la cual se sostiene la corriente filosófica a la que se le conoce como post-estructuralismo. Basicamente analiza como se forma y evoluciona un concepto a lo largo de la historia, con el fin de reducirlo a su componente elemental. Al final todo se reduce (de acuerdo a la teoria) a que siempre hemos utilizado los mismos conceptos, pero con nombres distintos y unos patrones que se adaptan siempre a un momento histórico determinado.

Bueno, concluida la lección de filosofía, el ejemplo. Del blues vino el rock and roll, de este vino la Invasión Británica, de esa aparece el hard rock que dependiendo de la interpretación conceptual se deriva en glam rock, heavy metal o cosas por el estilo. Ahí aparece Kiss con Gene Simmons y Paul Stanley a la cabeza para poner buenas canciones en el recuerdo, muchos millones de dolares debajo de la cama y unas despreciables (pero no por eso tremendas) lecciones de mercadotecnia.

La deconstrucción de hecho es el principio que permite al punk aparecer, como una reacción hacia el concepto de rock que se habia viciado en manos de gente como Kiss, y ahora se debía reducir a su concepto más elemental. Pronto el punk es victima de la deconstrucción y aparece el post punk, que pronto en sus múltiples interpretaciones da cabida a nuevos géneros musicales. Es de hecho la excusa perfecta para que aparezca la música electrónica como una respuesta a las guitarras.

Synthpop, industrial y luego house. Esos fueron los primeros hijos de la deconstrucción interpretada desde los sintetizadores. Las raves y cierta necesidad de rescatar la crudeza el punk y algo del maquillaje glam le permiten a The Prodigy arrasar en los noventa con Music For The Gilted Generation y especialmente con su The Fat Of The Land, el punto culminante de esta historia.

¿Que podría tener en común The Prodigy con el bueno de Gene Simmons? Hasta hace unas horas creí que nada. Pero vea usted lo que puede hacer una guitarra de Dave Navarro, un vídeo "made in Los Angeles" y un sentido pop que odio admitirlo, pero es mucho más fino de lo que todos quisiéramos admitir. ¿Superar a la original? Ni hablar. Pero nunca fue esa la idea. Simplemente es un ejemplo de la deconstrucción, haciendo la autopsia a una canción de electrónica para reducirla a un hard rock sin alma pero con excesos desbordando los parlantes.

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