Serán cuatro capítulos. Uno por cada día, y un especial dedicado al show de Kasabian.
El día de ayer con las presentaciones de Los Amigos Invisibles y Deep Dish, concluyó otra edición del Festival Estereo Picnic. Una que tuvo tantas luces como sombras, donde al parecer a varios nos está obligando a replantear muchas cosas sobre lo que está pasando con la relación entre el Festival y la escena local, y muy especialmente, con la importancia real que tiene la música en ese evento.
Como contrapartida, nuevamente hubo presentaciones que se robaron los aplausos y la energía de todos nosotros. Shows que van a quedar en el recuerdo colectivo de todos y algunas criticas ya sea por las actitudes que asumen en escena, o bien por factores que pueden ir entre lo técnico y lo logístico.
Al igual que el año pasado, iré publicando mis impresiones de esos tres días donde ese potrero al lado de la Autopista Norte fue mi casa, y mi casa se convirtió en un lugar ajeno. En esta ocasión decidí dividir la crónica en cuatro entregas: una por cada día, y una entrega muy especial que va a profundizar en la presentación de Kasabian el viernes pasado. No solo por mis expectativas o fanatismo hacia ellos, sino por lo que hubo antes, durante y después.
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