jueves, 2 de noviembre de 2017

Reseña: Liam Gallagher - As You Were


Ha capturado esa otra parte que hace fundamental a Oasis.

Luego de dos discos irregulares con Beady Eye y un divorcio, el que fuera la voz de Oasis tuvo que replantearse muchas cosas. Entre ellas, si no sería hora de tomar definitivamente las riendas de su propio destino y dejar de esperar por una pronta vuelta de la mítica banda de los noventa.

Que no nos confunda su Twitter repleto de indirectas a su hermano Noel: Liam Gallagher estuvo trabajando bastante duro no sólo en cuidar más su voz para así recuperar su fuerza como interprete (cosa que ya venía haciendo en Beady Eye en todo caso), sino en rodearse de los músicos necesarios para darle forma a sus intenciones de continuar el legado de Oasis (o su sonido, al menos) por su propia cuenta. En eso ayudó uno de sus mejores amigos en el negocio: el ex-The Verve Richard Ashcroft.


‘As You Were’ tiene un nombre clave que a la larga es uno de los responsables de definir musicalmente el 2017: Greg Kurstin. Responsable de ser básicamente el director musical de Liam (y de producir los últimos trabajos de Foo Fighters y Beck), se encargó de la instrumentación y buena parte de la composición en cada tema del disco. Hasta tiene créditos de producción en “Wall Of Glass”, el primer corte de difusión. No resultaría extraño si su rol consistió en mostrarse flexible con Liam en la composición, de tal forma que podían probar variaciones en los temas que lo hiciesen sentir más cómodo al cantante. Eso si, "our kid" no se quedó atrás y por su cuenta compuso seis de los doce temas del álbum, entre los que destaca particularmente “Bold” por la participación de un ex-Oasis: el guitarrista Paul "Bonehead" Arthurs.

No es tan prolífico componiendo como Noel (el mismo Liam lo reconoce), pero los temas donde no incluye colaboradores son fácilmente de lo mejor que tiene 'As You Were'. Además de “Bold”, se sacó varios temazos de la manga como “You Better Run” y “Greedy Soul” donde incluso aporta la guitarra, así como la función gospel de “Universal Gleam”

Lo bueno es que su terquedad en ser "tal y como es" le ofrece un número de opciones limitado, pero al mismo tiempo son las opciones que, sabe, le aseguran una aceptación. Bien puede tirar guitarras fuertes en plan "Wall Of Glass" o "Greedy Soul", bien se orienta a momentos entre acústicos y sinfónicos con tendencia a lo redentor en "When I'm In Need" y la memorable "For What It's Worth". En el término medio podríamos ubicar "Universal Gleam" y a "Come Back To Me", donde deja ver el increíble potencial que podría tener Liam en el mundo pop en lo que a colaboraciones se refiere. No es coincidencia que fuese producida por Kurstin, ni tampoco debe sorprender si tiene alguna reminiscencia con el estilo de Adele, pues el año pasado fue el responsable de producir su ‘25’.


Algunos tracks como "You Better Run" y "Chinatown" (junto a "Paper Crown", las únicas donde Liam no participó en la composición) aportan novedades a ese estilo cerrado que lo caracteriza. La primera tiene un toque bien 50s a lo Ray Charles (o bien a los Black Keys de "Lonely Boy") con una letra digna de las provocaciones de Muhammad Ali (o las del mismo Liam, tampoco vayamos tan lejos...); mientras la segunda destaca por un minimalismo acústico propio del típico intérprete indie folk. La diferencia la aporta su voz, por supuesto, vibrante y sin ningún rastro de melancolía o ironía.

Las que no dejan tan buena sensación son "I Get By" y "I've All I Need", también compuestas por Liam. Es de lo poco que no termina de cerrar, probablemente sea la falta de gancho melódico o bien una repetición excesiva del mismo lo que juegue en su contra. No son malas, pero los temas adicionales en la edición de lujo dan la impresión de ser superiores. En ese orden de ideas, no me explico cómo “Doesn’t Have To Be That Way” quedó por fuera de la lista final.

“Our kid” ha sorprendido, y mucho. Repleto de una energía renovada y momentos donde hace gala de una mística que no siempre vamos a encontrar en el Noel solista, ‘As You Were’ pone a Liam en marcha a lo grande de una manera que ni el más optimista esperaba. Con una contundencia reencontrada y un sonido elemental pero al mismo tiempo revitalizado, ha capturado esa otra parte que hace fundamental a Oasis: lo cristalino y a la vez atronador de su voz. Ese punto medio entre John Lydon y John Lennon que parece haber buscado siempre, esa capacidad de transmitir fascinación y adrenalina por partes iguales. No queda más que esperar por un segundo álbum donde nos siga sorprendiendo un poco más.

Mi recomendada es "Universal Gleam". A su manera tiene un toque psicodélico muy relajante en medio de su cosa con muro de sonido.

Aquí va "For What It's Worth".


Calificación: 4/5

No hay comentarios.:

Publicar un comentario