Hace unas semanas hablaba con un amigo acerca de Los Jaivas (de quienes espero escribir algo en un futuro cercano), cuando de pronto en algún punto de la conversación apareció el "fútbol total". Para los que no lo saben, es un estilo de juego donde ninguno de los jugadores tiene un rol fijo en la cancha, sino que intercambian continuamente sus posiciones de acuerdo a las necesidades especificas del partido, en una simbiosis de técnica, condición física y aplicación táctica sin precedentes. Después de esa revolución (y como en toda revolución que se digne de serlo), el fútbol no volvería a ser el mismo.
Ese estilo fue utilizado primero por la selección de Hungria en los cincuenta con Puskas, Hidegkuti, Czibor, Kocsis como los portadores de esa verdad. Luego el Ajax de Amsterdam y la selección de Holanda en los setenta con Cruyff a la cabeza lo pondrían en conocimiento publico (con nombre y uno que otro campeonato incluido), hasta verse perfeccionado con el Barcelona y la selección de España hace algunos años.
Cuando cayó eso en la conversación se me ocurrió un pensamiento: "es curioso que nadie haya definido en la prensa musical a una banda como 'rock total'". Como una banda capaz no solo de adaptarse a las tendencias del momento, sino de desafiarlas, liderarlas y pasar a la historia por sonar bonito, sonar fuerte, ser efectivo y exitoso.
Hice una lista con algunas bandas que podrían aplicar para el titulo. Pero la primera en la que pensé, hizo lo imposible: hacer que el rock, el dance y la herencia de la música negra (llámese soul, funk o R&B) se llevaran bien y cristalizaran en uno de los momentos más memorables en la historia reciente.
Esto, damas y caballeros, es el rock total.
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