Una lista que debía hacerse tarde o temprano.
¿Que puedo decir de Kasabian que no haya dicho antes? Son posiblemente mi banda favorita del milenio, y una de las que, por así decirlo, me educó en muchos aspectos relacionados con la música. No siento inapropiado ni arrogante decir que, al menos en Colombia, he sido de las personas que más ha insistido en difundirlos, en hacerlos conocidos entre más gente. Y claro, he sido de los que más ha rogado para que vengan a tocar por estos lares.
Falta menos de un mes para que Tom Meighan, Sergio Pizzorno, Ian Matthews y Chris Edwards pisen Suramerica por primera vez, en una serie de fechas que incluyen a Colombia, Perú, Chile, Argentina, Brasil y Paraguay. La emoción es grande y las expectativas, aun mayores. Por eso, y porque hay que lidiar de alguna forma con esa adrenalina que se hace cada vez mas difícil de controlar, decidí lanzar hoy una lista con diez canciones de Kasabian.
Esta, supongo, era una lista que debía hacerse tarde o temprano. Si tanto molestaba con esta banda, es probable que tenga como un top de canciones preferidas o cosa por el estilo. Pues bien, si y no. Si, porque en esta lista incluyo varias de mis favoritas. No, porque no son mis diez favoritas. Es una elección libre de temas que puede sorprender tanto al seguidor como al que no los conoce. En algunos puntos puede ser hasta un rompecabezas repasando la trayectoria de la banda.
Como hiciera en listados anteriores, decidí elegir 5 canciones que se lanzaron como sencillos, y 5 que no. Dicho, eso iniciamos con...
1. Bumblebee
Comenzamos con el tema que abre su más reciente trabajo, 48:13, y el que de paso abre sus presentaciones durante esta gira. La primera escucha fue suficiente para darnos a entender que ese álbum sería un hit. En este caso fue algo tranquilizador para mucha gente que se sintió decepcionada con “Eez-Eh”, pues ese ritmo agresivo, pateatraseros e intenso como el infierno mismo fue una faceta de Kasabian completamente nueva para todos. No es “Club Foot”, no es “Fire”, no es “Days Are Forgotten”. Es lo mejor de todo eso cruzado y diseñado para enloquecer todavía más.
2. Running Battle
Turbia, escalofriante y atractiva, muestra a Tom Meighan dando uno de sus mejores desempeños como vocalista, a la par que es un fiel reflejo de la importancia de DJ Shadow en sus inicios. Eso sin mencionar que resulta determinante el rol de un nunca suficientemente valorado Chris Karloff, que compuso esta canción junto a Sergio Pizzorno. Destilan la energía que puede inspirar Kasabian en un concierto o un disco y la hacen transitar por nuestras venas.
3. Empire
La grabación del segundo álbum de Kasabian fue bastante problemática, principalmente porque en medio de ella Chris Karloff decide abandonar la banda. Sin embargo este todavía dejó algo de su sello en Empire al participar en la composición de tres canciones, siendo la titular una de ellas. Se aprecia el choque de estilos entre los riffs más robóticos y siniestros de Karloff y el carácter más sinfónico y, por qué no, britpop de Pizzorno.
4. Acid Turkish Bath (Shelter From The Storm)
La razón por la cual Velociraptor! se convirtió en mi álbum favorito de Kasabian es porque fue capaz de sintetizar mejor que cualquier otro la trayectoria de la banda hasta ese punto. Tenía electrónica, guitarras y momentos exóticos. Todo equilibrado y rozando la perfección. Entre esos momentos exóticos destaca esta canción por dos razones: una, la orquesta en plan James Bond dándole un giro totalmente radical a un tema que en teoría es folk balcánico. La otra, hasta la fecha no la han tocado en vivo. A lo mejor es difícil para ellos acoplar tanta maravilla en un concierto, pero ni eso le quita ser una de sus mejores canciones.
5. Fire
Kasabian siempre tuvo el don de hacer que canciones imposibles se volvieran himnos festivaleros. “Fire” rompe un poco con la regla porque desde la primera nota es evidente que siempre estuvo pensada para ser un himno festivalero. Estrofas susurrantes y un coro demoledor como pocos de su generación, convirtiéndose con el paso de los años casi que en un ritual. Todo para hablar de un pirómano encerrado en el West Ryder Pauper Lunatic Assylum. Pero bueno, si hablaron de Vlad Tepes...
6. The Doberman
La última canción de Empire, y por el sonido parece un testimonio de la adicción a las drogas por la que pasaba Pizzorno en esos días, pues pasa de la contundencia del inicio a momentos más volados pasada la mitad. Las guitarras dominan el ambiente en medio de una idea bastante extraña pero a la vez atractiva. Sonaba como si la sinfónica de Londres de repente improvisara música del Medio Oriente y Kasabian irrumpiera en la sala, aportando las guitarras.
7. Days Are Forgotten
Supongo que el hecho de coincidir en una etapa de mi vida donde necesitaba redefinir mi papel en el mundo influyó bastante para que se convirtiera en mi canción favorita de la banda de Leicester. O tal vez haya sido que la batería de Ian Matthews tiene ese toque big beat inalterable tanto en las estrofas agresivas como en el coro más pensado hacia lo memorable. O muy probablemente fuese el estupendo vídeo que grabaron para la ocasión. Lo que haya sido, le pasa algo similar a “Bumblebee”: cuando salió esa canción, todos supimos que Velociraptor! iba a ir más allá de los seguidores de siempre.
8. Fast Fuse
West Ryder Pauper Lunatic Assylum marcó un antes y un después para Kasabian. Era su primer trabajo como cuarteto luego de la partida de Karloff, y por momentos rompía radicalmente con la electrónica densa pasada por guitarra y elementos hip hop que los hizo conocidos. Apostaron por las guitarras y un particular concepto de la melodía por parte de Pizzorno que se tradujo en canciones como esta. ¿Alguien dijo Pulp Fiction? No sé, pero ver bailar a Chrissie Hynde de The Pretenders a ese ritmo no tiene precio.
9. Club Foot
La canción que los sacó del anonimato a base de energía pura. La que hizo que hasta los propios Oasis se rindieran ante ellos. La que cuenta con el bajo más irresistible que el mundo haya conocido desde que New Order hiciera “Blue Monday” en los ochenta. Por encima de una letra que chocaba de frente con la costumbre del indie en el 2004, o su identificación con el fútbol por su aparición en videojuegos, películas o entretiempos de los estadios de la Premier League; es el tema de Kasabian por excelencia. Hubo muchas cosas más en su trayectoria, pero esa sería la vara con la cual se mediría todo lo demás.
10. Treat
Cerramos este conteo con la médula de 48:13. Tal vez la canción que podría hacerme llorar cuando la toquen en Estereo Picnic. Una que en su parte guitarrera se las ingenia para ser pegadiza, y una segunda parte sintética donde sientes que todo queda en su sitio. Sencillez para pasar de un rock intenso a la rave más memorable que cualquier festival del planeta haya conocido en mucho tiempo. Poner en común de esa forma cosas como Rage Against The Machine, Beastie Boys, The Stone Roses y The Chemical Brothers no está a la mano de cualquiera.
¿Cuales son sus diez canciones de Kasabian?
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