jueves, 11 de febrero de 2016

Reseña: St. Lucia - Matter


Tan cercano a los primeros Duran Duran como no habíamos escuchado desde los Scissor Sisters.

St. Lucia es el nombre con el cual Jean-Philip Grobler se ha presentado en los últimos 5 años en Europa y Estados Unidos, llevando debajo del brazo una música que rescata los aspectos tan amados como odiados de los ochenta. Este curioso personaje de origen sudafricano debutó hace 3 años con un álbum titulado When The Night, logrando colar varias canciones en videojuegos, como fue el caso de “September” en FIFA 13 y “Elevate” en Pro Evolution Soccer. 

En ese debut mostraba una combinación de elementos clásicos de la música popular que podían ir de Phil Collins a Lionel Ritchie, con las maneras del nuevo milenio que en esencia beben de lo que Cut Copy y Chromeo consiguieron hacer de conocimiento publico en sus respectivas trayectorias. A pesar de que no fue un trabajo muy bien recibido por la critica, le dio el crédito suficiente para hacer de productor en el álbum debut de HAERTS, así como de hacer de telonero para los Two Door Cinema Club.

Pero es con su segunda placa, Matter, cuando profundiza por primera vez en esa posibilidad a la par que busca reafirmar su sello. La verdad lo sentí como el completo opuesto de esa oscuridad que representa alguien como Mr.Kitty. St Lucia es pura luz, puras ganas de conquistar oyentes con su magnetismo, su optimismo, sus ganas de comerse al mundo. Pero al igual que el responsable de "In Your Blood", todo lo que hace Grobler parte desde una perspectiva muy personal. 

Entonces Matter viene a ser un laboratorio donde el tipo saca jugo hasta de los fraseos más extraños y pone a prueba su amor por el new romantic. "Do You Remember" por ejemplo es sostenida por un teclado muy poco convencional incluso para la indietronica. En "Love Somebody" así como en "Help Me Run Away" hay sendos pastiches ochenteros que como pueden ser amados pueden ser odiados, dependiendo de la estima en la cual tenga el oyente a esa época. Eso si. se rigen por algo bien elaborado. 

Algo parecido ocurre con "Dancing On Glass", si bien en ese caso la contundencia de las percusiones contribuye a darle una forma más digerible.


Para efectos de que el disco sea fluido y no agote al oyente, ayuda bastante no solo la variedad en el repertorio, sino el hecho de que el vocalista tenga mucho de Simon LeBon de Duran Duran a la hora de cantar. No es difícil encontrar similitudes entre canciones como "Home" o "Physical" y la clásica "The Reflex" de la agrupación de Birmingham. "Rescue Me" cruza el sentido del ritmo de The Human League con esa pose de "himno synthpop permanente" de los Pet Shop Boys. "Stay" profundiza en esa línea y se hace no solo más house, sino más caribeña.


Por supuesto, no faltan los medios tiempos al estilo de la misma "Love Somebody" (para nada alejada de la versión más seria de Wham!), la más indietronica "Always", o "Game 4 U", donde no escatima esfuerzos a la hora de mostrarnos su visión de la música pop, que a pesar de basarse en teclados y sintetizadores no deja de ser orgánica. Prueba de eso es que suma un saxofón en la parte final.

Pero si hay una canción que destaca por encima de las demás es "The Winds Of Change". Lo que la hace tan dominante, tan rompedora y tan acertada es el saber aprovechar todos esos elementos que hemos mencionado hasta el momento al máximo nivel. Comienza con una serie de ecos a lo U2 en The Unforgettable Fire para convertirse de a poco en un ejercicio de synthpop e indietronica bastante eufórico, retro y cargado de triunfalismo. Es la única canción del disco pensada para ser algo así como synthpop de estadio. Por ese motivo cumple bien con el objetivo de ser la médula que le da vida al concepto detrás de Matter.

Concepto que por cierto da como resultado algo tan cercano a los primeros Duran Duran como no habíamos escuchado desde los Scissor Sisters. Sorprende más por los elementos con los cuales consiguen el objetivo: teclados y sintetizadores casi que de uso prioritario en su música, a los que suman un término medio entre ese pop retro ochentoso y los ganchos del house o de la indietronica presentes en cada canción. Es un gran salto adelante por parte del sudafricano que, ojala, encuentre más público.

"Help Me Run Away" es mi recomendada. Demuestra que si el pop fuera más como "Maniac" de Michael Sembelo y menos como "Sorry" de Justin, otra cosa seria escuchar música en estos días.

Aquí va "Dancing On Glass".


Calificación: 4/5

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