domingo, 15 de mayo de 2016

Pills 'N' Thrills: Fuego

Fútbol y música. Una simbiosis que resulta vital para entender el concepto detrás de THIS IS MUSIC. La música más allá de si misma, el fútbol como una manifestación de emociones y posturas frente a la vida y sus desafíos que no resulta difícil de equiparar con una banda o un cantante en un estudio de grabación transmitiendo sus impresiones (o sus ficciones) sobre lo que representa estar vivo, respirar aire y convivir con otros.

Cuando ambas manifestaciones se concentran particularmente en una ciudad, producen un vinculo fuerte, que liga las alegrías y frustraciones del seguidor (por la música o por el fútbol) permitiendole desahogarlas en el grito de gol o coreando una barra en la tribuna. Es algo que ocurre en todo el mundo con ciertas diferencias de acuerdo al país, pero en Inglaterra es una relación más profunda al ser uno de los lugares donde nace la cultura pop. Además de verse reflejado en el orgullo nacional ("World In Motion" de New Order o "Three Lions" de The Lightning Seeds) se aprovecha en las rivalidades futbolisticas o regionales para realzar la superioridad del equipo de la ciudad. En ese caso se da más por la adopción de canciones pop por parte de los equipos (véase "You'll Never Walk Alone" en Liverpool).

No trato de hacer un análisis filosófico-semiótico de la situación, puesto que hay personas que seguramente estudiaron mejor ese tipo de cosas mejor que yo. Lo que trato de decir es que a pesar de entender el vinculo que puede establecer una ciudad entre el fútbol y la música, nunca había visto algo tan profundo como lo que ocurre con Kasabian y el flamante e inesperado campeón de la Premier League de esta temporada, el Leicester City. 

Ambos comparten una historia similar: emergiendo de la nada misma (o al menos en un contexto dominado por otro tipo de valores) haciéndose notar poco a poco (con cada disco o cada partido), superando el escepticismo y la desconfianza, llegando a su estado de gracia (banda y equipo) casi al mismo tiempo. Cuando Kasabian terminaba la gira mundial de su '48:13' con el show en vivo más arrollador de su carrera hasta la fecha, los foxes empezaban a escribir esos diez meses que son historia viva del deporte en general. Ambos terminaron vinculados a una ciudad que conocimos ya sea por discos o goles.

Se habló mucho del vinculo que el planeta entero sentía con ese Leicester por demostrar que no siempre la opulencia gana campeonatos. Es inevitable para mi extrapolar eso con Kasabian y esa promoción tan absurda que hago de su música siempre que tengo la oportunidad. En un mundo de Strokes, Arctic Monkeys, Kings Of Leon (por no hablar de lo que el mundo Billboard ofrece), esa banda se rebela ante esas pasiones mayoritarias sin perder los ganchos comerciales y de a pocos ir armando su legión. No es una historia tan cinematográfica como la de Jamie Vardy, por ejemplo, pero tiene su gracia.

En unos días Kasabian se presenta durante dos noches en el King Power Stadium, celebrando ese momento de gracia de ellos y su equipo en el mismo lugar donde Wes Morgan levantó el primer trofeo de liga del Leicester City en 132 años de historia. Y la misma canción que sonaba por los parlantes cuando Vardy, Mahrez o Ulloa anotaban goles clave, será la que vincule emocionalmente a esa ciudad, a esa banda y a ese equipo.